Sol, ni una nube en el cielo, temperatura más bien fresca y la plaza del Ayuntamiento abarrotada. Parecía Fallas, las horas previas a una «mascletà» „como entonces, el montaje de la pista de hielo impedía acceder a la explanada central„, pero era el primer domingo con la plaza peatonalizada. Se trata de una medida piloto que ha puesto en marcha la Concejalía de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Valencia y que ayer congregó a miles de vecinos y turistas.

La idea de peatonalizar la plaza del Ayuntamiento, de la que el concejal Giuseppe Grezzi siempre ha dicho que es «una gran rotonda», se ve desde el consistorio como un ensayo del centro peatonalizado que quieren. Los valencianos aplaudieron la medida. «Ver la plaza así parece cosa de magia», decía Carlos, que acudió junto a su familia.

Hubo muchas fotos en una desierta Marqués de Sotelo y tranquilos paseos por la zona norte de la plaza del Ayuntamiento, cerca de María Cristina y San Vicente, donde la eliminación de las paradas de autobús situadas frente al Ateneo permitía más libertad de movimientos.

«Es un gusto, esto sí que es una ciudad como debe ser», comentaban Roberta y Miguel, una pareja de 54 y 55 años de edad, respectivamente, que aseguraban que nunca habían visto la plaza tan tranquila. Hubo quejas, eso sí, porque no se podía acceder a la plaza central. Los comerciantes, por su parte, acabaron encantados. Entre el «Black Friday», que se ha extendido a todo el fin de semana, y la peatonalización del centro recibieron ayer una gran cantidad de visitas, que esperan sea aún superior cuando esté en funcionamiento la pista de hielo.

Caos tras el consistorio

Sin embargo, el día tuvo dos caras. Si en la plaza del Ayuntamiento los vecinos celebraban la decisión, a apenas cien metros, en una calle San Vicente Mártir aún en obras, se daba grandes atascos que exasperaban a los conductores. Sólo residentes podían pasar por Periodista Azzati, mientras el resto eran desviados hacia Barón de Cárcer, que sigue siendo de doble sentido mientras la calle San Vicente permanezca cortada hasta la avenida María Cristina. Tranquilidad delante, caos circulatorio detrás.

La situación era también complicada en las calles Roger de Lauria, Colón y Poeta Querol, por donde eran desviados los autobuses que normalmente entran por Marqués de Sotelo y Barcas. Vías que no están acostumbradas a recibir tantos autobuses se vieron ayer saturadas.