El premio «Desgarrat» concedido por la falla Zapadores-Vicente Lleó es el segundo que ha recibido Jorge Guarro, uno de los imputados en la trama Gürtel, en concreto en la pieza de Fitur. El premio que recibe por parte del mundo de las fallas no es el primero. Anteriormente, ya en plena tormenta política y judicial, fue la Federación de Fallas Benicalap Campanar la que le entregó una de las distinciones más cotizadas del calendario, el «Cor Faller». En ambos casos por el mismo motivo: ser el coordinador e impulsor de la candidatura de las fallas como Patrimonio Cultural de la Humanidad por su condición de vicepresidente de la Junta Central Fallera. Este último galardón tiene la condición genérica de reconocer a quienes defienden «el mantenimiento y defensa de nuestras tradiciones».
Ribó pidió su destitución
Estos premios se producen después que Guarro haya mantenido cargos de gestión en la Junta Central Fallera en la anterior legislatura y tras el cambio de color de la misma. Curiosamente, nada más acabar las fallas de 2012, el entonces portavoz del grupo municipal y ahora alcalde, Joan Ribó, solicitó la destitución de Guarro del cargo de confianza asegurando que «es lamentable la imagen de un vicepresidente de la Junta Central Fallera esté imputado por un caso que pone en duda la financiación del PP, lo que nos hace sospechar del uso político que el PP ha hecho históricamente de la Junta Central Fallera. La situación actual es insostenible» y lo remató afirmando que su presencia en la JCF era «un atentado a la honorabilidad del mundo fallero que no se puede permitir ni un minuto más». Guarro había entrado en la directiva fallera de la mano de Félix Crespo y continuó con Francisco Lledó.
Sin embargo, al llegar el cambio de gobierno en las fallas, Guarro no fue depurado, como sí el resto de cargos de confianza de Francisco Lledó. Eso sí, se le apartó de la primera línea „ la vicepresidencia„, pasando a encabezar la delegación de promoción exterior. Se tiene claro, en ese sentido, que si no hubiese estado imputado, habría sido el «vicepresidente puente», ese que sobrevive a un cambio de color político (como ha pasado en otras ocasiones). Entre otras cosas, porque Guarro siempre ha mantenido una excelente relación con los sectores progresistas de la fiesta. Prueba de ello es, precisamente, que la Adef haya sido la encargada de todo el trabajo relacionado con la candidatura y de la presencia de sus «pesos pesados» en el acto de entrega del premio de Zapadores-Vicente Lleó. En el acto estuvo acompañado por los cuatro miembros más destacados de la candidatura: José Martínez Tormo, Josep Lluis Marín, Gil Manuel Hernández y Javier Mozas.
El hecho de que mantenga un cargo en la Junta Central Fallera lo justifica el propio concejal Pere Fuset, a pesar de la dura crítica del ahora alcalde hace tres años, en que «dejé plena libertad a mis directivos para que eligieran sus cargos de confianza. Se trata de un cargo no remunerado, como todo el mundo sabe». A la vez, recordó que «Jorge Guarro es miembro de la Junta Central Fallera de pleno derecho porque es delegado de sector». Esa condición no lleva acarreado tener necesariamente un área asignada. Siempre hay unos pocos miembros de la JCF que, por diferentes motivos (falta de tiempo o incluso manifiesta discrepancia) permanecen en lo que se denomina «delegación de escalera». Guarro es delegado de promoción exterior, bajo la vicepresidencia de Montse Catalá, invirtiéndose los papeles, puesto que en la anterior legislatura él era el vicepresidente.
Ahora, Martínez Tormo y Marín
Según Fuset, la relación de Jorge Guarro con la candidatura de la Unesco está finiquitada «porque, para cuando llegamos, el trabajo ya se había realizado a nivel de lo que era preparar la candidatura y ahora queda la estrategia de promoción. Esa la lleva, desde el ayuntamiento, Josep Lluis Marín y desde la Junta Central Fallera, el secretario general José Martínez Tormo, ya que ambos formaron parte de la elaboración de los informes». Con todo, Guarro no ha dejado de colaborar, como lo demuestra que, en el mes de octubre, fue uno de los encargados de explicar los pormenores de la candidatura a las juntas locales y en los próximos días tiene previsto impartir la charla informativa a la fallera mayor y corte de honor.
En el juicio de la pieza de Fitur por los amaños con la trama Gürtel, que empezó el pasado mes junio, la fiscalía pide para él siete años de cárcel, acusado de tráfico de tráfico de influencias, prevaricación, malversación de caudales públicos y fraude a la Administración Pública, según la Fiscalía, por beneficiar a Orange Market en las contrataciones de la AVT desde 2004 a 2009. En su defensa, al ser interrogado el pasado mes de septiembre, descargó la responsabilidad de estas acciones en el ex jefe de gabinete de la Consellería de Turismo, Rafael Betoret. «Donde hay patrón... Poco me sirve opinar», dijo a la fiscal.
