«Cuando acabe nuestro mandato, todo el alumbrado de la ciudad estará cambiado. La iluminación será menos contaminante, con mayor eficiencia energética y ahorro para el ayuntamiento. Si no podemos hacerlo en cuatro años, lo haremos en ocho». Así de contundente se mostró el concejal de Servicios Centrales del Ayuntamiento de Valencia, Sergi Campillo, que anunció un ambicioso plan para toda la urbe que comienza este mismo mes en siete pedanías. El regidor de Comprimís aseguró que esta actuación será una de las grandes apuestas del actual tripartito tras años en los que el gobierno anterior «derrochó millones de euros en iluminación».

La renovación del alumbrado en siete pedanías de la ciudad, fundamentalmente del sur de la ciudad, se proyectó después de que éstas se hayan visto afectadas durante años por el robo de cobre, con el consiguiente problema de inseguridad que generaba en estas poblaciones. La principal novedad de la nueva iluminación es que incorpora un sistema antirrobo conectado con los sistemas de la Policía Local que ofrecerá datos en tiempo real. Así, cuando se produzca un corte de luz, bien por fallo de las farolas, o bien por la acción de la alguna de las bandas organizadas que delinquen en estas zonas, automáticamente saltará una alarma que avisará a los agentes.

La actuación global tiene un coste de 893.097 euros, y será con cargo del Plan de Infraestructuras Financieras Sostenibles de la Diputació de València. Al hacerse acorde con el presupuesto de 2015, la actuación va a ser inmediata. Está previsto que antes de finales de diciembre comience la sustitución de las luminarias. El Ayuntamiento de Valencia calcula que el ahorro energético de esta actuación va a suponer anualmente unos 180.000 euros, lo que habla de la sustancial mejora de esta nueva infraestructura. «Hay que recordar que había pedanías con luminarias de los años 80 y 90, muy viejas y deterioradas», explicó Sergi Campillo.

En los pueblos del norte de la ciudad las actuaciones se llevarán a cabo en el Camí de Montcada, lo que beneficiará a las pedanías de Borbotó y Poble Nou, y en Mauella y Tauladella. En total se instalarán 746 puntos nuevos con una potencia que se reduce un 48 por ciento respecto a la actual.

En el sur, la zona más afectada por los robos de cable de cobre, se actúa en el paseo marítimo de Pinedo, en el paseo y las golas de El Perellonet, en la avenida Ruiz i Comes de Castellar, en Font d'En Corts y Pou d'Aparici, y en la pedanía de La Punta. En total será 1.723 puntos con una potencia que baja un 37% de media.

Farolas sin luz hacia el cielo

Se instalará tecnología led, pero con luz cálida «porque hay estudios que indican que la luz blanca puede tener incidencia en los ciclos vitales de personas y animales», explicó Campillo. El nuevo modelo pretende acabar con los haces de luz que se proyectan hacia el cielo como ocurre en las farolas de nueva factura que se colocaron en Russafa.

«Este es un plan ambicioso que contempla toda la ciudad. Comenzamos por las pedanías porque queremos demostrar que para este gobierno no hay barrios de primera ni de segunda», aseguró el regidor, mientras que la concejala de Pedanías, Consol Castillo, explicó que la medida trata de «mejorar la calidad de vida de los pueblos de la ciudad».

Junto a las nuevas luminarias, en los próximos meses el ayuntamiento renovará el cable de cobre de muchas de las zonas afectadas por robos. Estas acciones suponen pérdidas para el consistorio entre 200.000 y 300.000 euros anuales.