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Me voy a Valencia

Me voy a Valencia

Aunque inicie así este artículo, yo no he dicho esta frase, la oí el viernes pasado. Y no, no me encontraba en Madrid, estaba en Benimaclet, a escasos kilómetros de la plaza del Ayuntamiento de Valencia. Lo curioso es que no fue una expresión casual pues esta es la forma que mucha gente de este barrio utiliza cuando se desplaza al centro de nuestra ciudad. Esto, y muchísimas otras cosas, es lo que hace que para mí, adentrarme de nuevo en una campaña electoral, sea una oportunidad extraordinaria para conocer y descubrir a más personas, a más paisanos, a las mujeres y hombres que habitan y dan vida a esta mi querida ciudad.

De nuevo nuestras calles se llenan de candidatos que aspiramos a volver representar a los ciudadanos en el Congreso y en el Senado. Ha empezado la cuenta atrás, el viernes se dio el pistoletazo de salida y quise iniciar esta prueba en un barrio por el que siento un cariño muy especial. Durante años, en el desempeño de mi cargo como concejala del Ayuntamiento de Valencia, tuve el honor de ser la presidenta de la Junta Municipal de Exposición, una junta que abarca este distrito de Benimaclet.

¿Saben que Benimaclet fue un municipio independiente hasta el año 1878? Así lo recuerdan su plaza y su iglesia. Con ese encanto especial, con esa idiosincrasia que todavía conservan sus gentes y que pude sentir y disfrutar una vez más en esa primera jornada de mi campaña electoral.

Hemos empezado en Benimaclet, pero pienso volver a patearme toda la ciudad y es que durante estos días, ahora sí que lo digo yo, «me voy a Valencia». Voy a continuar tomando el pulso a mi ciudad, a sentir de nuevo la cercanía de mis vecinas y vecinos en una campaña. Conocer sus inquietudes, sus temores y deseos. Escuchar qué quieren y qué esperan de nosotros en los próximos cuatro años. Y también trasladarles nuestras ilusiones, nuestros proyectos, nuestra convicción de que vamos a hacer todo lo posible para que en el año 2020 España cuente con 20 millones de personas trabajando, la mejor política social que un partido puede ofrecer a su país. Que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a un puesto de trabajo, a un salario, a una dignidad personal que le permita desarrollarse y aportar su potencial al progreso de nuestro país.

Iniciamos la campaña en este barrio y en ese primer día, viernes, día de mercadillo. Montamos nuestro tenderete y nos dispusimos a exponer nuestro programa. La respuesta ejemplar; los de Benimaclet nos acogieron con todo el respeto y muchos con entusiasmo. Y entre ellos los vendedores de los puestos ambulantes con la sorpresa y alegría de reencontrarme con conocidos y amigas de la comunidad gitana. Un colectivo con el que he trabajado y por el que el Ayuntamiento de Valencia ha luchado durante años consiguiendo grandes avances y éxitos de integración.

Una experiencia realmente gratificante pasar ese día en Benimaclet, un barrio de gentes trabajadoras que hoy pueden presumir de su multiculturalidad, de contar con una población joven y heterogénea gracias a los estudiantes que llegan desde todos los lugares para asistir a nuestra universidad.

Sin duda un ilusionante inicio de campaña que seguro que se mantendrá en estos próximos días. Yo, como les decía, «me voy a Valencia». ¡Nos vemos!

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