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Divagaciones

Jardines perdidos

Jardines perdidos

Esto era una vez€ una ciudad donde huertos y jardines crecían y crecían€Existe una calle casi abandonada, un antiguo camino curvilíneo que partía de la calle de Alboraia, frente al enigmático Monasterio de la Trinidad, a espaldas de San Pío V y se dirigía hacia Benimaclet, a sus orillas, brillaban las flores. Cuando paso por la Volta del Rosinyol, miro con tristeza€ debido al canto de los ruiseñores, solo queda su bello nombre. Fue un paraíso de anchas calles de rosales, alfombradas de toronjil y mesitas de pino, donde servían meriendas de aroma a rosas y fresas, mujeres con peines de plata, pendientes de nácar y sayas de muselina... La vida bullía y por las noches los faroles de gas iluminaban tertulias en las calles. El huerto de Raga tenía una fuente y balsa con un tritón, dedicado a la flor cortada, al cultivo de claveles, gardenias, camelias... Junto al actual cementerio se encontraba su hort de la Rambleta de donde salía flor cortada para toda España. La casa de su hija, Amparo, rodeada de recoleto jardín entre árboles y flores, vegetaba una extraña variedad de trébol que daba hojas de cuatro segmentos. El viejo hospital de Cruz Roja, se asienta sobre l´hort de Alemany, cuya casa con antigua portalada aún existe. Cuenta González Martí: «Las extensas plantaciones de flores del amplio huerto en cuya casona el escultor Rafael Alemany tenía su taller, centro de reunión para una variada pléyade de artistas» (Verdi, Benedito, Renau€) Había rosas, claveles, crisantemos, gladiolos y un ombráculo. Para el cultivo tenían un pozo, balsa y el grupo motobomba para el riego. Las flores e imágenes de aquel jardín sobreviven en los lienzos de Verdi.Otro huerto florecía en aquel bello rincón: l´hort Mira, cuya actividad principal era la producción de semillas y bulbos, además de su dedicación a la producción de flor cortada.Valencia tiene tradición de huertos y jardines de horticultores y jardineros, entre ellos, los Galán con sus huertos que han ido, cada vez que surgía una expropiación, desapareciendo y apareciendo: En el famoso Hort del Santísim o de les Freses fue donde Cristóbal Galán comenzó a trabajar como arrendatario hacia 1870. Sorolla sería uno de sus visitantes que entabló amistad con la familia y en 1916 pintó a Julio y a Francisca en su conocido cuadro: «Alegoría de Valencia.». Acudían artistas e intelectuales€ Se celebró la nit de Sant Joan en 1879. Entre las actividades que se organizaban en aquel hermoso huerto, la prensa de 1899 recogía «El Huerto del Santísimo anuncia que el domingo día 23 comienza la temporada de la fresa y ofrece una gran variedad para almuerzos y meriendas con buenos vinos y toda clase de postre. Entrada por el Camino del Cabañal, 6».

En el verano de 1883 se instaló un teatro, inaugurado la noche del 23 de junio. Todo fue mágico: luces de gas y focos eléctricos. Actuó la compañía de zarzuela de Manolo Llorens y Lola Millanes. En aquel huerto crecían rosas, claveles, violetas y margaritas€ Con la Faulcombridge, lanzamiento del tenis valenciano, pasó el Huerto del Santísimo al siglo XX. La esposa de Cristóbal Galán, creó Amanda que continuó creciendo como su jardín que iba desapareciendo, apareciendo y partido por la Ronda Norte. ¿Existe un mundo en el que habitan los jardines perdidos?

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