La concejala de Huerta y Pedanías del Ayuntamiento de Valencia, Consol Castillo, lo tiene claro: «la huerta es la estructura territorial e histórica que nos conforma como pueblo». «Pese al maltrato al que ha sido sometida, la huerta sigue siendo nuestro recurso más importante de cara al futuro», asegura la edila, que insiste en que la huerta es «un nicho de empleo de primer orden».
«Queremos utilizar el campo como un elemento de proyección al exterior de los valencianos: tenemos que estar en el mapa por nuestros recursos naturales y no por los eventos megalómanos que acaban por aportar bien poco a la ciudad, excepto grandes deudas», comenta la concejala.
Valor añadido
La idea del consistorio, así, es que la huerta de Valencia tenga un valor añadido similar a la huerta murciana, conformada en el imaginario colectivo como una de las más feraces de España. Por eso, quieren potenciar que los mercados municipales de la ciudad, y sobre todo Mercavalencia y el Mercat Central, distribuyan productos de proximidad que crezcan en parcelas cercanas a la ciudad. Destacan desde el consistorio que el cocinero valenciano Ricard Camarena ya cuenta con un agricultor valenciano que cultiva las verduras y hortalizas que utiliza en su cocina, o el caso del Mercado del Grau, que ofrece productos traídos directamente de la huerta más próxima a los Poblats Marítims.
