En torno al Peñón de Ifach ha ocurrido y se ha inventado muchas «leyendas» que han tomado carta de naturaleza y ya, con los años „o los siglos„ son prácticamente historia para todos los valencianos.

Esto se ha puesto de manifiesto en un nuevo libro „¡y lleva más de cincuenta!„ del escritor valencia José Soler Carnicer, que en su historial, además del ya apuntado medio centenar largo, ha llevado a cabo una trayectoria literaria, turística, excursionista y montañesa que pudo hacer compatible con su quehacer cotidiano en la empresa de fabricación de juntas de coche que montó como perito industrial.

José Soler, que es presidente de honor de la Asociación Valenciana de Periodistas y Escritores de Turismo „de la que anteriormente fue presidente efectivo„ es vicepresidente de la nacional del ramo, fue director de la revista municipal «Valencia Atracción» y director de redacción de la primera «Gran Enciclopedia de la Región Valenciana», que hace casi dos lustros tuvo una segunda edición, corregida y aumentada, lanzada por Levante-EMV. Con una extensa actividad en prensa, en radio y en televisión, es Pluma de Plata del Turismo Español y fue presidente de la Federación Valenciana de Montañismo.

Pero vamos con su nuevo libro, en el que el lector puede revivir leyendas que ha conocido a lo largo de la historia. Una de las más tradicionales es la de «El Mascarat», aquel personaje que apareció „después de haber desaparecido„ con el rostro tergiversado por la lepra, y cuyo apodo ya ha dado nombre a un túnel de la comarca.

Otro personaje de leyenda que aparece en este libro es «un brujo de verdad», un individuo que está en el monte con su ganado; no tiene perro que cuide de las ovejas y al que ofrecieron una moto que no aceptó. Y escribe el autor: «¿Se imaginan ustedes un brujo en moto?».

La relación de historias „mejor dicho, «leyendas» que se han convertido en «historias tradicionales»„ es larguísima, y que merece ser leída, tal como es explica en este tomo, presentado en estos días en la localidad de Elda. Hasta relata que por tierras de la Marina Alta se cuenta „se «dice»„ que en el fondo del Mediterráneo, frente a Calpe, había unas sirenas «muy felices» que empujaban hacia las redes de los pescadores las bandadas de peces y las soltaban cuando se enganchaban en algún banco de coral.

También recuerda que el nombre de la sierra Mariola tiene su origen en «una princesa romana así llamada, título que, por cierto, nunca existió en el imperio romano, hija del noble Sexto Mario, dueño de las minas de oro que se decía que existían en esta sierra».

En fin, son un cuarto de centenar de leyendas, inventadas por el pueblo a través de la historia, y que con los siglos han tomado carta de naturaleza.