El Ayuntamiento de Valencia se propone trasladar la histórica biblioteca Carles Ros de su emplazamiento actual en la Casa Vestuario al edificio del Centro Excursionista, que será adquirido por el consistorio para poner allí la Biblioteca Central. Eso permitiría ceder todo el edificio de la Plaza de la Virgen al Tribunal de las Aguas, que se «viste» allí para sus sesiones de los jueves pero que no dispone de un local noble en el que hacer sus recepciones o tener un archivo histórico.

En realidad, la decisión del Ayuntamiento de Valencia de comprar la sede del Centro Excursionista, situada en la Plaza Tavernes de la Valldigna, número 4, para instalar allí la Biblioteca Central, ahora situada en la Plaza de Maguncia, puede tener efecto en algunos edificios más. Y uno de esos movimientos fue aprobado ayer en la Junta de Gobierno Local.

Lo primero que aprobó la junta fue modificar el planeamiento de la Plaza Tavernes de la Valldigna para darle a ese edificio y al solar colindante, de propiedad municipal, la calificación de «dotación cultural-educativa».

Y dado que con ambos recintos, cuya superficie suma 400 metros cuadrados, hay espacio de sobra para la Biblioteca Central (el edificio es de 4 plantas), la concejala de Acción Cultural, María Oliver, ha decidido llevar allí también la histórica biblioteca Carles Ros, que es la más antigua de la ciudad (data de 1906) y está semiescondida en el edificio de la Casa Vestuario, situado en el número 1 de la Plaza de la Virgen.

De esta manera, además, se liberan las dos plantas que esta biblioteca ocupa en la Casa Vestuario (170 metros cuadrados en total) para cederlos al Tribunal de las Aguas, que en la actualidad se viste en este mismo edificio para celebrar sus sesiones de los jueves en la Puerta de los Apóstoles de la catedral, justo enfrente, pero que no dispone de un edificio noble en el que hacer sus recepciones o colocar su archivo histórico.

Ya en el mes de octubre, el presidente de las Corts Valencianes, Enric Morera, se reunió con el vicepresidente de esta institución milenaria, Enrique Vilar, para contemplar la posibilidad de cederles alguno de los edificios históricos que figuran en su catálogo de bienes patrimoniales. Concretamente, se pensó en un pequeño edificio situado en la calle Conde Trénor, muy cerca de las Corts y también de la Casa Vestuario y de la catedral.

Pero hasta ahora esa posible cesión no se ha materializado y entre tanto ha surgido esta otra posibilidad, que por nobleza y proximidad reúne todas las condiciones para ser sede del tribunal de las Aguas.

Hay que tener en cuenta que esta peculiar institución jurídica fue declarada en 2009 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y que el pasado mes de marzo recibió la visita de la directora general de la Unesco, Irina Bokova, sin que tuviera un espacio adecuado para la recepción. Tampoco dispone de un archivo histórico pese a atesorar piezas de los siglos XIV y XV.