Dónde está el tiempo que fue, dónde el que és y dónde el que será? En la tarde de la presentación del libro «Crónicas de la transición valenciana (1972-1985)» de Jaime Millás,tuve la sensación de estar en la ciudad que quiero y que con demasiada frecuencia desaparece absorbida por la frivolidad, el menfotismo o la comodidad y un «blablablá» irrespetuoso que no escucha. Me pareció sentir la voz del poeta Salinas dirigirse a Valencia: «Quiero sacar de ti el mejor tú».
La sala abarrotada de gente que no solo estaba allí por amistad, sino, también, por la curiosidad que conduce al conocimiento, parecía pertenecer a lugares de cualquier ciudad culta.
Las personas que presentaron el libro, editado por Alfons el Magnànim: Rafael Company, José Ignacio Pastor, Joan Magraner y Joaquín Azagra,tienen la solvencia digna de aquellos que trabajan, no solo para ser, sino para aportar algo a la sociedad.
¿Cómo se puede encajar tan diestramente el tiempo y devolverlo a lo que fue? A través de crónicas periodísticas, escritas con nitidez y bella habilidad, como confirma Juan Cruz en su profundo prólogo, Jaime es un ser un ser comprometido con su tiempo. Un tiempo que sigue siendo el de hoy y el de mañana?
Son crónicas que invitan al juego de azar: la mirada se detiene como si los ojos fueran dados y se lanzaran a la suerte? porque temáticamente agrupadas todas las quieres abarcar. A medida que se va adentrando en cada tema aparece la posibilidad de ahondar en la verdad sin círculos viciosos. El deseo de libertad surge en el fondo de sus artículos; esa libertad innegociable y, aunque quieran acallarla, emerge de nuevo siempre. Pienso que en eso radica su importancia y su autenticidad.
Episodios que ayudan a elaborar juicios con relación a uno mismo y a los demás, es el conocimiento de una época de nuestro País Valenciano, de una sociedad convulsa, dividida y compleja, pero que caminó con dificultades hacia la democracia, tras un periodo de terrible y dura dictadura, Valencia se sumó a la monarquía parlamentaria. Aquellos que no creen que la transición fuera posible, deben acercarse a estos escritos que dan una visión exacta de lo que fue: pactos y oportunismo que ronda siempre al ser humano. Hubo nacionalistas que se dejaron la piel en un País sin identidad, sin sentimiento de nación, queriendo confundirlo, porque cuando no hay verdadera ideología se venden emociones. Hubo insultos y bombas contra nuestros más valorados intelectuales, los grupos ultra agredieron a políticos elegidos por el pueblo en un ambiente de crispación. Aquel que dice que en Valencia no hubo violencia, quizá vivió en otro planeta. Estas crónicas conscientes y racionalmente agrupadas en diez áreas temáticas, informan de lo que fue la transición en todos los ámbitos: políticos, económicos, culturales e históricos.
Para mí, parte de la grandeza de la democracia, es que nunca se alcanza en su plenitud, siempre se está haciendo, ¿será la democracia parte de la utopía?
Tras leer las crónicas, reportajes y artículos, tengo la sensación que Jaime Millás mira la ciudad desde un helicóptero y apunta, certero, a un tiempo/espacio y deja al lector observar y reflexionar desde su propio ángulo.
Para el que no los vivió, es la memoria: Tiempo de siempre.
