El cambio del clima, el calentamiento del planeta y la subida de temperatura están cambiando los hábitos de las tortugas, de manera que si antes sus puestas se realizaban en costas muy cálidas, ahora «se están subiendo para arriba» y anidan también en el litoral de nuestro país, incluida la Comunitat Valenciana, donde se han localizado ya varias nidadas.
Ocurre, además, que lo que ahora es un fenómeno incipiente puede convertirse en algo habitual, ya que las tortugas marinas tienen «filopatría», es decir, casi siempre vuelven a poner sus huevos al lugar en el que ellas nacieron. «Aunque estén a miles de kilómetros, siempre regresan al mismo sitio», explica Daniel García
Eso significa que los valencianos se enfrentan a un reto de conservación importante y que hay que proteger tanto a la tortuga cuando sale a realizar su puesta, como al nido una vez que la tortuga ha vuelto al mar. Y para ello García asegura que la mejor fórmula es no molestar a los ejemplares y avisar al 112 para que ponga en marcha el procedimiento para salvar las nidadas, generalmente marcándolas y cubriéndolas para que los animales no desentierren los huevos.
Precisamente, en el Arca de l'Oceanogràfic tienen ahora una nidada de «Caretta caretta» con 25 ejemplares que nacieron en su incubadora. Apenas tienen unos meses y su intención es seguir cuidándolas hasta que lleguen a un tamaño que garantice su supervivencia, ya que de recién nacidas apenas salen adelante una de cada mil.
Asimismo, se trabaja con el Puerto de Valencia para que les ceda un lugar acotado en el que hacer una suelta blanda que permita controlar el impacto de los cambios de hábitat y de temperaturas. Y hablando de temperaturas, el calentamiento del planeta está haciendo que cada vez nazcan más hembras. Para que haya un equilibrio entre ambos géneros es necesario que el nido esté a 29 grados, pero si está a un grado más ya nacen todas hembras y si está a uno menos nacen todos machos.
