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Entre acequias

La huerta perdida de la Roqueta y Campanar

La segunda edición de «La Valencia Perdida» de Ángel Martínez y Andrés Giménez recoge imágenes de campos y acequias engullidos por el enorme crecimiento urbano

La huerta perdida de la Roqueta y Campanar

La segunda edición del libro «La Valencia Perdida», de Ángel Martínez y Andrés Giménez, aporta nuevas imágenes de lo que fue el paisaje de huerta de Valencia y del avance de la ciudad sin tregua sobre la misma. Las imágenes ponen en evidencia la necesidad de dotar a la ciudad de una estrategia sostenible de crecimiento para evitar los errores del pasado.

Una de las fotos más sorprendentes del libro es la que muestra el entorno de la estación del Norte, tomada en 1910, donde se observa como era la acequia o «brazo de San Jerónimo», y se ve incluso a un vecino pescando. Se trata de una perspectiva captada desde la zona próxima a las vías ferroviarias de la estación del Norte. Al fondo se contempla el convento de San Vicente de la Roqueta y algunas chimeneas de las industrias o talleres que ya existían al final de la calle San Vicente Mártir, en lo que hoy sería el ámbito del Parque Central.

La Roqueta, cuyo origen se remonta al siglo IV, ha sufrido derribos, saqueos, incendios y todo tipo de incidentes y en la actualidad está muy degradado, pese a ser monumento histórico nacional desde 1978. A la derecha de la foto antigua puede observarse ya algunos edificios nuevos recayentes a las calles Ermita y convento Jerusalén. En la foto actual, tomada desde la calle Bailén a la altura de la calles Vives Liern, se aprecia como se ha perdido toda la perspectiva y el campo de visión antiguo. La zona de huerta que rodeaba la Roqueta cuando el monasterio era periferia ha dado paso a una céntrica zona urbana, saturada de edificios y vehículos.

También sorprende el cambio que ha experimentado Campanar en apenas un siglo. La imagen tomada desde el colegio de San José ( Jesuitas), en los años 20 del siglo pasado muestra el paisaje de huerta existente al otro lado de la marginal del Turia, donde hoy se levantan los nuevos barrios de Campanar y construcciones como el centro comercial de Nuevo Centro, la estación de autobuses, el hospital La Fe y hoteles. En la imagen antigua tomada desde el colegio, ubicado en la esquina de la Gran Vía Fernando El Católico con La Petxina, se aprecian también los barrios del norte de la ciudad, como Beniferri. En la imagen actual, el tremendo desarrollo del barrio de Campanar impide ya ver al fondo a Beniferri.

«La Valencia Perdida» también recoge imágenes del paisaje de huerta arrasado por el crecimiento urbano en el barrio de Ayora. En la imagen que acompaña el reportaje puede verse a un grupo de jornaleros trabajando la tierra y al fondo los bloques de pisos de la calle industria, proyectados por Javier Goerlich en 1943, que empiezan a irrumpir en la huerta.

A la derecha de la foto se aprecia el muro del jardín del palacete de Ayora (1900) que destaca por su torre-mirador hexagonal. En la imagen moderna, apenas puede verse la verja del palacete, que a punto estuvo de derribarse en los años 80. Los bloques de viviendas incipientes que aparecen en la imagen antigua de la calle Industria han dado paso a nuevos grupos residenciales donde nada recuerda al pasado huertano.

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