«Innecesario». Así definieron algunos miembros del Consell Valencià de Cultura la declaración BIC de la procesión cívica. El más crítico con el informe favorable fue el arquitecto José María Lozano, quien anunció que emitiría un voto particular. Para Lozano la declaración obedece a «razones de oportunidad» pero no a los criterios «técnicos» que exige la propia ley. Lozano defendió con vehemencia la interpretación del Himno Nacional y advirtió de que la indefinición de la declaración BIC será «un elemento distorsionador» que además «se utilizará como arma arrojadiza». «Vivíamos muy felices sin que la procesión fuera BIC y me da la sensación de que no vamos a estar tan contentos», añadió Lozano.

En la misma línea se pronunció la consejera y ex directora del IVAM, Consuelo Císcar, quien apuntó que no entiende «la necesidad» de aplicar esa figura de protección a la procesión cívica y rechazó la comparación con las Fallas que hizo el secretario del CVC , Jesús Huguet, quien defendió la importancia de al declaración BIC «desde el punto de vista identitario, de satisfacción y económico» y dijo que permitirá acceder, por ejemplo, a la financiación del 1 por ciento cultural.

Tras más de una hora de debate el texto se aprobó, mediante votación secreta, por once votos a favor, seis en contra y dos en blanco.

El informe que acompaña el dictamen destaca que a lo largo del siglo XX en 30 ocasiones no hubo celebración alguna, bien porque hasta 1915 no fue costumbre, bien por causa de guerras, revoluciones, inclemencias meteorológicas o lutos oficiales.