Un grupo de personas de la Associació de Veïns i Veïnes de Benimaclet, acompañados por el presidente del Círculo de Defensa del Patrimonio Histórico Arquitectónico de Valencia, se concentró ayer en la alquería de Serra para exigir su rehabilitación y reclamar su apertura como futura dotación pública vecinal.

La alquería de Serra data del siglo XVI y existe documentación de la Guerra de la Independencia, cuando fue ocupada por las tropas francesas. Su importancia estriba en que posee uno de los pocos vestigios que quedan en la ciudad de la cría del gusano de seda. Hay que recordar que Valencia será capital de la Ruta de la Seda en 2016, por lo que los vecinos consideran que es el momento oportuno para que sea rehabilitada. El edificio está declarado como un Bien de Relevancia Local, aunque la entidad vecinal de Benimaclet aspira a que adquiera el rango de Bien de Interés Cultural.

En el acto de ayer, los vecinos aseguraron que pondrán en marcha todos los mecanismo democráticos posibles «para que en los presupuestos municipales de 2017 pueda ser reconocida y dotada para su rehabilitación». Los trabajos para evitar su derrumbe y ruina tendrían un coste aproximado a los 91.000 euros.

El gran problema de la alquería es que cuenta con varios propietarios. Una de las legítimas dueñas ha procedido a responder al ayuntamiento ante las denuncias vecinales por el peligro de su derrumbe y por las fiestas que se realizan en su interior, «estando dispuestas a asumir la parte de sus responsabilidades y ayudand

o a que la alquería pueda tener algún fin social y cultural para la ciudad», explica Paco Guardeño, presidente de la AVV Benimaclet.

La Alquería de Serra está ubicada junto a la llamada vía Xurra, muy cercana al cementerio parroquial de Benimaclet. Es una alquería de la que se denomina en la huerta como «moruna» puerta de medio punto y orientada al mediodía.