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Cañas y barro

Piel de cordero

Piel de cordero

Los cuentos siempre han tenido un objetivo que va mucho más allá de entretener. A lo largo de la historia, y en toda cultura, han sido un medio de transmisión de valores, de tradiciones y del saber de una civilización. Si ahondamos un poco en lo que hoy somos y en cómo nos comportamos no será difícil reconocer alguna de las moralejas que nos llegaron a través de ellos. Últimamente me vienen a la mente todos esos cuentos que nos advertían del cuidado que había que tener con los lobos con piel de cordero. Esos personajes que, trasladados a la vida real, son los que se acercan a nosotros con una atractiva inocencia y cuando ya estamos en sus manos cambian su actitud para convertirnos en una presa más de sus ambiciones. Y me viene a la mente esa imagen por muchas circunstancias relacionadas con la situación política que vivimos hoy en día en nuestro país y en nuestra ciudad.

Hace unos días, sí, unos días porque eso es lo que son los seis meses que han pasado desde las municipales, parece que hace mucho más tiempo pero no. Pues bien, hace eso, unos días, los cabeza de lista de los partidos que hoy forman el tripartito del ayuntamiento se dirigían a sus posibles votantes como los mirlos blancos que venían a redimir a los oprimidos. Seres inmaculados que dedicarían todos sus esfuerzos a los más débiles. Ya que, según ellos, la ciudad estaba secuestrada por los «malos». Esos «corderitos» llamaban nuestra atención con palabras de solidaridad, de igualdad, de sensibilidad, de optimización de recursos€ Claro que parecía que sabían más que nadie y eso, al menos ellos, se lo siguen creyendo.

Y digo todo esto porque ya sabemos quién ha enseñado la patita por debajo de la puerta. Ya sabemos quién ha entrado en nuestra «casa consistorial». Poco a poco se van quitando la piel de cordero y ahora estos personajes dejan ver su verdadero rostro. Y, si no, que se lo digan a las asociaciones de servicios sociales de nuestra ciudad que han visto cómo las ayudas municipales que recibían cada año se han ido al traste. Según parece es mejor que el dinero se quede en las arcas municipales para hacer lo que ellos tan bien saben hacer.

De momento la culpa, como en cualquier juego de niños, para los otros, para los funcionarios que no han hecho bien las cuentas «un error administrativo» han dicho. Por supuesto, los «iluminados» no se equivocan. ¡Faltaría más! El problema es que el «error» no sólo es administrativo, y los políticos se han saltado a la torera los informes de los técnicos de servicios sociales que sí recomendaban las dotaciones económicas para mantener los convenios de colaboración con instituciones tan competentes y especializadas en la materia como lo son Cruz Roja, Cáritas, San Juan de Dios, Banco de Alimentos ,Casa Caridad o Ciudad de la Esperanza€ Y así hasta nueve organizaciones que toda la sociedad ha reconocido por su buen hacer con los más desfavorecidos. Seguro que más de uno se «tragó» el cuento y ahora está atragantado. Pero nunca hay que olvidarlo, así nos lo transmitieron nuestros abuelos: En la vida, siempre, «cuidado con los lobos con piel de cordero». No digo más€ Que cada uno se aplique el cuento.

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