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Rehabilitación

De horchatería a hotel con encanto

El mostrador de madera, parte de la cerámica, el revestimiento de mármol, el altillo, la escalera y los carteles se conservarán en la rehabilitación

De horchatería a hotel con encanto

Los responsables de la rehabilitación del edificio de la antigua horchatería El Siglo están tramitando con los técnicos de la delegación de Urbanismo los permisos oportunos para desbloquear lo antes posible las obras dado el riesgo de desplome del edificio. El interior de la horchatería ha tenido que ser apuntalado por el mal estado en que se encuentran las vigas y forjados. Este diario ha podido acceder al interior de lo que fue la horchatería El Siglo cuyos elementos originales, como el revestimiento de mármol y cerámica, el antiguo mostrador de madera, los techos y molduras de escayola, la escalera modernista, los carteles de época y otros se conservarán „aunque con la protección del edificio (nivel 3) sólo tendrían la obligación de mantener las fachadas„ y se integrarán en el futuro hotel «boutique» proyectado en la antigua horchatería.

Así lo explicó a este diario el arquitecto director de la obra David Aniorte quien aseguró que los promotores del proyecto quieren ser «muy respetuosos» con la esencia de este edificio antiguo, ubicado en el número 11 de la plaza de San Catalina, junto a la plaza de la Reina y en el epicentro turístico de la ciudad. La horchatería, casi bicentenaria, echó el cierre hace un año tras el fin de la moratoria a los alquileres de renta antigua.

Comerciantes y vecinos de la zona alertaron a este diario del posible riesgo de desaparición de los elementos y decoración de la antigua horchatería durante las obras de rehabilitación. En paralelo, el ayuntamiento dio orden de paralización de los trabajos tras comprobar que carecían del permiso de la Conselleria de Cultura por encontrarse el edificio en un entorno BIC y por haberse excedido en las obras de lo previsto en la declaración responsable previa a la concesión de la licencia. Davin Aniorte admitió que se han hecho más obras de las previstas inicialmente para apuntalar el edificio porque «está que se cae». El mal estado del inmueble, que fue objeto de una rehabilitación en los años 70 del siglo pasado, encarecerá la obra, presupuestada inicialmente en 500.000 euros.

El arquitecto que dirige la obra explicó que durante los trabajos preliminares a la restauración se eliminaron algunos falsos techos y se comprobó el mal estado de las vigas y forjados de las plantas superiores. Para garantizar la estabilidad del edificio se apuntalaron los forjados y se quitaron los suelos de baldosa hidráulica para aligerar en la medida de los posible el peso de la estructura.

El director de la restauración aseguró que «en ningún momento se han tirado azulejos protegidos», entre otras cosas, porque los azulejos y las pinturas que decoraban la horchatería «ya no estaban cuando los actuales propietarios del edificio lo adquirieron». Sí se conservarán los azulejos antiguos que decoran el tramo inferior de la escalera, así como los grandes espejos que se han encontrado en la planta baja de la horchatería, que contaba con un altillo que también se conservará y se integrará en el restaurante del futuro hotel boutique.

El futuro hotel tendrá nueve habitaciones que recrearán con vinilos la azulejería tradicional valenciano, en recuerdo del uso anterior del edificio. Las habitaciones tendrán un diseño exclusivo y contarán con jacuzzi. Las habitaciones se ubicarán en las plantas superiores del edificio de cinco alturas. La planta baja y el altillo de la antigua horchatería se reconvertirán en restaurante. Tanto el hotel como el restaurante lo gestionará el Grupo 374 que regenta varios restaurantes en la ciudad, entre ellos Mon, Ocho y Medio, El Colmado, Fryda y Lotelito.

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