El gobierno del tripartito de Joan Ribó ha dado un paso decisivo en la peatonalización del centro histórico con el cierre al tráfico, a partir de febrero, del entorno de la Lonja, la joya del patrimonio histórico de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad, y con la restricción al máximo del tráfico en el entorno del Mercado Central y lo Santos Juanes. Para ello, la avenida María Cristina, en la actualidad el principal acceso al mercado, se hará de un solo carril por el que solo podrán circular autobuses de la EMT, taxis, residentes y clientes del Mercado Central que accedan a su aparcamiento.

La semipeatonalización del entorno se lleva a cabo sin que se haya puesto en servicio el aparcamiento de la plaza de Brujas, lo que ha rebelado a los vendedores del Mercado Central.

La remodelación del tráfico se llevará a cabo, según explicó ayer el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, mediante una intervención «blanda», sin reurbanizar ni hacer aceras nuevas. La eliminación de uno de los dos carriles de María Cristina generará un espacio libre que será ocupado por las terrazas de las cafeterías, que se bajarán a la calzada. Para reordenar la movilidad en la zona se utilizará pintura, mobiliario urbano y maceteros (algo que ya existe en la marina real para delimitar el perímetro del circuito de la Fórmula 1). De este modo se podrá comprobar, antes de encargar el proyecto definitivo, la eficacia de la medida y las posibilidades de ser mejorada. La concejalía de Movilidad, por otro lado, no tiene este año presupuesto para encargar un proyecto de remodelación urbanística acorde al valor patrimonial del entorno de la Lonja, el Mercado Central y los Santos Juanes.

Para dar preferencia al peatón se eliminarán también los semáforos en los pasos de cebra.

Fuentes de la concejalía de Movilidad destacaron ayer que la propuesta de movilidad sostenible para el Mercado Central fue respaldada mayoritariamente el pasado 16 de diciembre en la reunión sectorial de la Mesa de la Movilidad. El anteproyecto de la peatonalización del Mercado Central, contra el cual alegaron los vendedores del propio mercado, supone la reordenación del entorno de la avenida de María Cristina, la plaza del Mercat y la Lonja. La propuesta se enmarca dentro de la hoja de ruta del nuevo gobierno para Ciutat Vella, que pasa por «consolidar un barrio vivo y dinámico, pero al mismo tiempo tranquilo y atractivo, de calles limpias, con preferencia peatonal, buena oferta comercial y un turismo respetuoso», según explicó ayer Grezzi.

El rediseño tiene como principal objetivo mejorar la accesibilidad general, facilitando los movimientos peatonales por el interior de Ciutat Vella, desde los barrios periféricos y desde las estaciones y paradas del transporte público; controlando el acceso de tráfico motorizado para que «progresivamente sea reservado a la entrada solo para los residentes, el reparto de mercancías y servicios públicos; suprimiendo los itinerarios oportunistas a través del casco histórico, y generando accesos a aparcamientos por itinerarios de entrada y salida más directos desde las rondas», explicó Grezzi.

Con esta medida, debatida con vecinos, comerciantes del centro histórico y del Mercado Central, EMT y representantes del sector de la distribución comercial y la hostelería, se libera de tráfico la Lonja y el entorno monumental más valioso, a la par que degradado, de la ciudad.

El proyecto pasa por limitar el acceso a la plaza del Mercat, desde la calle María Cristina, para residentes, carga y descarga (previsiblemente hasta las 11 de la mañana) y acceso al aparcamiento subterráneo del Mercado, suprimiendo el itinerario hacia la calle Bolsería. De esta manera se eliminará el tráfico por delante de La Lonja y también por detrás (al hacer peatonal la calle Danzas, entre En Colom y la plaza del Doctor Collado) y se avanzará en la habilitación como zona peatonal de la plaza del Mercat, en el tramo comprendido entre las calles Vieja de la Paja y En Colom.

Para la Asociación de Vendedores del Mercado Central el proyecto no tiene ninguna bondad y «se carga el acceso principal al mercado». Se ha aprobado «sin tener en cuenta nuestras alegaciones», explicó ayer el presidente de los vendedores, Francisco Dasí, quien no ocultaba su «indignación» por una decisión de Grezzi que consideran «autoritaria» y que incumple el compromiso de no peatonalizar nada antes de que se pusiera en servicio el aparcamiento de Brujas. Los vendedores anuncian movilizaciones y amenazan con salir a la calle para protestar contra una propuesta de movilidad que consideran «radical» porque «se cargará el mercado, generará un cuello de botella, atascos y al final la gente se irá a comprar a otro sitio».

Traslado de la línea 28

La actuación supondrá el traslado de la línea 28 de la EMT a San Vicente. En Barón de Cárcer se mantendrá el carril para la doble circulación reservado a EMT, taxis y residentes. El paso por la calle Botellas se reservará al 81 para acceder a la calle de Murillo.