El concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, se reunió ayer por la mañana con el director territorial de Bankia en Valencia para buscar una solución para la alquería Julià, un edificio ubicado en la calle Castán Tobeñas (Nou Moles) declarado Bien de Interés Cultura y cerrado desde hace años. La entidad se ha comprometido a presentar al ayuntameinto en el plazo de un mes alternativas de uso para el edificio.

El ayuntamiento quiere que Bankia rehabilite el edificio del siglo XVII y su jardín romántico y lo destine a uso cultural, convirtiéndole en una extensión del centro cultural de la Fundación Bancaixa de la plaza Tetuán, aunque tampoco se cierra a otros usos como podría ser el de colegio, un uso que ya tuvo este edificio hace unos años. El banco, sin embargo, estaría más interesado en llegar a un acuerdo con el ayuntamiento para desprenderse de la alquería.

El edificio es propiedad de Bankia y está grafiado como dotacional cultural-educativo en el PGOU por lo que al Ayuntamiento de Valencia le correspondería expropiarlo, si bien el consistorio, no quiere acudir a esta vía que supondría un elevado coste. El ayuntamiento es propietario de numerosas alquerías y edificios históricos destinados a uso dotacional y obtenidos mediante carísimas expropiaciones como la del Casino del América.

Las negociaciones que se llevaron a cabo en la anterior legislatura para la permuta de la edificabilidad de la alqueria no llegaron a puerto por la elevada tasación que hacía la entidad bancaria de la alquería.

«No puede seguir cerrada»

El concejal de Desarrollo Urbano, muy crítico con Bankia durante su etapa en la oposición por no ceder el inmueble a la ciudad, aseguró ayer que la reunión con los responsables de Bankia fue «cordial» pero dejando claro que la alquería «no puede estar más tiempo cerrada y sin rehabilitar».

En la anterior legislatura, el ayuntamiento ya pidió a Bankia la cesión del edificio tras un acuerdo de la comisión de Urbanismo a instancias del PSPV. En su moción, los socialistas recalcaban que la entrega de la alquería sería una compensación por el rescate de la entidad financiera que ha costado miles de millones a los ciudadanos.

Los vecinos de Nou Moles llevan tiempo reclamando un uso a la alquería, en cuyo interior todavía se conservan las trazas de uno de los pocos jardines románticos que existen en la ciudad. Es uno de los escasos ejemplos de alquería valenciana del siglo XVII, además de un edificio cargado de historia.