Las palabras de Joan Ribó no tardaron en ser replicadas por la Delegación del Gobierno, muy molesta por la «personalización» que había hecho el alcalde del conflicto. Según fuentes oficiales, Juan Carlos Moragues lleva en el cargo desde el pasado mes de julio y la vivienda en cuestión forma parte de un proyecto global que pusieron en marcha los anteriores delegados socialistas, Antoni Bernabé y Ricardo Peralta.

La Delegación del Gobierno explica que la vivienda del delegado siempre ha estado en el edificio del Temple, pero al hacerse el proyecto se optó por sacarla de allí y mantenerla viva, pues la seguridad costaría más que su mantenimiento. Entonces se decidió, añade, hacerla en un nuevo edificio recayente a la calle Los Maestres, concretamente en un sobreelevado de dos plantas en el que habrá oficinas y la citada vivienda. «No fue Moragues quien la planeó, sino los delegados socialistas», dicen las fuentes.

Además, aseguran que esa vivienda oficial apenas tiene 117 metros cuadrados, lo que significa que «tampoco es que sea una mansión enorme».

En última instancia hacen constar que la paralización de las obras no afecta sólo al edificio en el que va la casa del delegado sino también a un segundo edificio de nueva planta que se construirá en el patio trasero para servir de entrada de las personas que acudan a ver los restos islámicos allí encontrados, concretamente un paño de la muralla árabe.

Para la Delegación del Gobierno tanto un edificio como el otro son legales, pues la licencia es anterior al plan de reforma interior que lo cuestiona, algo a lo que Ribó contestó diciendo que ese plan no está en vigor y que manda el Plan de la Seu-Xerea del año 1993.