En julio de 2013 el Ayuntamiento de Valencia gobernado por el PP sacó a concurso la explotación del aparcamiento de Brujas, que incluía el pago a la Generalitat del coste de su construcción, es decir, 13 millones de euros. Ninguna empresa se presentó. En diciembre de 2014, la Conselleria de Isabel Bonig asumió de nuevo la obra y se propuso sacar de nuevo un concurso público para su explotación, cuyos pliegos de condiciones nunca se llegaron a redactar.