Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cañas y barro

Paella catalana

Paella catalana

Sí, suena raro, «paella catalana». Pues vayan acostumbrándose que esto es lo que nos viene. El tripartito ha decidido renunciar a todo lo nuestro y rendir pleitesía al independentismo catalán. Parece ser que, con este puzzle de gobierno que tenemos, los valencianos estamos abocados a tirarnos al suelo y permitir que pasen por encima de nosotros convirtiéndonos en uno más de los Països Catalans. Cada vez un poquito más cerca.

Hay días en los que es más apreciable que otros pero el objetivo está claro, convertirnos en los catalanes del sur. Estos días han dado dos pasos hacia adelante para alcanzarlo. Por una parte derogan la Ley de Señas de Identidad y por otra donan un senador de nuestra tierra a los independentistas catalanes. Y así, con toda la tranquilidad del mundo. Sinceramente, de Compromís y sus allegados no me extraña nada, pero? ¿Qué pasa con los socialistas, hasta dónde están dispuestos a ceder?¿ Hasta cuándo su orgullo no les permitirá ver que hay una mano tendida, que el PP se ha ofrecido a colaborar para devolver la cordura a esta comunidad y la tranquilidad a los ciudadanos?

Pero no, aquí hacemos lo que quieren tres o cuatro y «no passa res». Así es que no se extrañen si para Fallas tenemos los pasacalles a ritmo de sardana y los almuerzos de butifarra, dando un adiós definitivo al blanco y negro con embutido de Requena. ¡Ah! Y, por supuesto, los concursos? De «paella catalana» que según ellos es la auténtica y la mejor. Aún así, eso no sería todo lo malo, el problema es que, como en toda fagocitosis, el objetivo es que lo nuestro deje de existir. Claro, hay que uniformar a la masa para poder manipularla. Vamos a hablar todos igual, a vestir todos igual, a comer todos lo mismo y, lo más importante, vamos a tener un «pensamiento único» que así es como se controla todo.

Visto lo visto estos días yo me pregunto. ¿Estos políticos representan a los valencianos o a los catalanes? ¿Pero los han votado los valencianos, no? Mi capacidad de asombro está superando los límites conocidos y creo que todos vamos a ir descubriendo hasta dónde puede llegar nuestro aguante, nuestra sumisión y nuestro respeto. ¿Realmente esta forma de actuar da respuesta a las inquietudes, deseos y necesidades de la mayoría de las valencianas y los valencianos? Pues miren, me planto, eso no me lo puedo creer. Y una y otra vez aparece frente a mí un rotundo «NO». Entonces? ¿Qué está pasando aquí? Confío en nuestra gente, confío en que no permitiremos esta negación a nuestra autenticidad.

Yo desde luego no pasaré por el aro. No conseguirán que olvidemos nuestra historia, nuestras raíces y nuestra idiosincrasia. Me uno al sentir del grupo popular en las Cortes Valencianas y aplaudo la respuesta de mis compañeros mostrando la Senyera en el hemiciclo momentos antes de la derogación de la Ley de Señas de Identidad. Puedo asegurarles que uno de los momentos más emocionantes de mi vida fue el que disfruté portando nuestra Senyera en la procesión del 9 d'Octubre. Eso para una valenciana es todo un orgullo y no lo olvidaré nunca.

Ah y sobre la paella? La de verdad, la auténtica y la única: la paella valenciana?

Y el que no tenga que invente.

Compartir el artículo

stats