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Los contrastes de la ciudad

Orgullo de picapedreros, pesadilla de todo el pueblo

El entorno de la iglesia de la Asunción de Massarrojos es uno de los mejores de l'Horta La travesía del pueblo, con miles de vehículos, perturba la vida de sus vecinos

Orgullo de picapedreros, pesadilla de todo el pueblo

La piedra ha dado de comer durante décadas y décadas a los habitantes de Massarrojos. Su ubicación, entre fértiles huertas y terrenos de secano, dividió al pueblo entre los que se dedicaron a las labores del campo o los que trabajaron en las canteras (también para la fabricación de cal). El oficio de picapedrero era muy habitual en esta pedanía del norte de Valencia, la más poblada de l'Horta Nord, donde han quedado numerosas muestras de sus trabajos, entre ellos el campanario de la Iglesia parroquial de la Asunción, el único de la comarca construido en su integridad con piedra.

El campanario de piedra preside la Plaça del Màrtirs, lugar donde probablemente se originó la vida en este pueblo. A los pies de la iglesia de la Asunción (s. XVII) encontramos una pequeña fuente octagonal de los años 70, realizada también en piedra por un conocido picapedrero del pueblo, y que se situó sobre un antiguo pozo que fue destruido en la misma época tras un accidente de tráfico. El núcleo fundacional de la pedanía se completa con varias casas de planta tradicional valenciana de especial valor, en concreto dos que podrían estar datadas en los siglos XVI y XVII.

El conjunto de la iglesia de la Asunción, su pequeña fuente y las casas que las rodean forman un conjunto singular, que merecería quizá un entorno peatonalizado para disfrutarlo en todo su esplendor, porque hoy la cantidad de vehículos aparcados en la propia plaza y las calles impiden disfrutar de su bonita estampa.

Y es que el tráfico de vehículos se ha convertido en el mayor quebradero de cabeza para Massarrojos. Las estrechas calles en torno a las que se configuró la población eran ideales para el pausado paso de carruajes y caballerías, pero hoy en día soportan a duras a penas el trasiego incesante de coches y camiones. Principalmente en la calle Doctor Andrés Piquer, que sirve de travesía de paso para los que proceden de Rocafort, o en dirección contraria, de Montcada.

El Ayuntamiento de Valencia busca una solución que permita conciliar el quehacer diario del pueblo con el intenso tráfico que soporta. Miles y miles de vehículos dificultan el paseo por las estrechísimas aceras de esta travesía, por las que ni siquiera cabe una silla de ruedas. El problema es encontrar una alternativa que ponga de acuerdo a los vecinos, pues pocos quieren ceder. Desde luego, uno de los grandes retos de Massarrojos será decidir cómo convivir con el tránsito y que la localidad logre mejorar su calidad de vida sustancialmente.

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