El Casino del Americano, villa indiana abandonada entre la Avenida de Burjassot y la Ronda Norte, muy cerca del parque de Benicalap, se convertirá en un centro de referencia del cultivo de huertos urbanos. La concejala de Jardines, Pilar Soriano, quiere incluso que sea referencia para toda la Comunitat Valenciana, por lo que tratará de implicar en el proyecto a la Generalitat Valenciana y la Diputación Provincial de Valencia.
La recuperación del Casino del Americano, construido en el año 1969 por orden de un militar granadino y expropiado por el Ayuntamiento de Valencia en el año 2011 por 3,5 millones de euros, se enmarca en el anhelado proyecto de ampliación del colindante Parque de Benicalap, al que se sumarían igualmente las alquerías del Moro y La Torre.
Esa ampliación se hará al menos en dos fases y en la primera, es decir, de forma inmediata, se abordará el futuro de este edificio y de los 30.000 metros cuadrados que lo rodean. Hace unos años el PP se propuso instalar allí una Universidad Popular, pero finalmente no hubo presupuesto para la rehabilitación del edificio y todo este tiempo ha estado completamente abandonado y dando argumentos para la crítica a las organizaciones de defensa del patrimonio.
Ahora, parece que esta centenaria edificación puede cambiar su suerte o al menos tener definidos sus usos. Hace un par de meses, los servicios de Jardinería ya hicieron una limpieza a fondo de la maleza que acosaba el edificio y cubría el huerto. Y hace dos semanas, la Junta de Gobierno Local aprobó el traspaso del edificio de la sección de Patrimonio a la de Jardinería.
Pilar Soriano quiere convertir el edificio y su entorno en un centro de referencia del cultivo de huertos urbanos, un centro que servirá de referencia también para toda la Comunitat Valenciana, por lo que la concejala de Jardines quiere implicar en este proyecto a la Generalitat Valenciana y a la Diputación Provincial de Valencia.
Información e investigación
La idea es rehabilitar el edificio y crear un espacio de formación y de información sobre huertos urbanos, un lugar donde los ciudadanos puedan conocer la oferta de la ciudad, la forma de acceder a las parcelas, las posibilidades de cultivo etc.
Sería también un centro de investigación y conservación de especies autóctonas, lo que permitiría defender y promocionar aquellos cultivos que están en peligro. A ello contribuiría la idea de Pilar Soriano de hacer un jardín-huerto abierto al público con un banco público de semillas que garantice la supervivencia de determinadas especies.
Para una segunda fase, la Concejalía de Jardines se propone hacer un espacio dedicado a la huerta cuyo eje serían las alquerías del Moro y de La Torre, ambas también pendientes de rehabilitación. Y todo ello integrarlo en el Parque de Benicalap.
A falta de perfilar los detalles, las alquerías se convertirían en dotaciones para el barrio y en los alrededores se crearía un espacio de observación y disfrute de la huerta, es decir, se crearía «una nueva manera de ver y vivir el paisaje de la huerta», dijeron las fuentes. Eso exigirá un proyecto de jardinería actual, del siglo XXI, que complete lo que ya existe. Habrá, pues, itinerarios de huerta, bancales de producción, paseos con bancos para descansar, espacios de meditación y todo lo que ayude a disfrutar de la agricultura de proximidad.
