La exposición de 1909-1910 fue una gran fiesta; con sus pros y contras, pero trajo el replanteamiento de un nuevo mercado y una reafirmación de la burguesía valenciana. Aquella clase conservadora marcó el prestigio de la Exposición. Desde el Ateneo Mercantil, Tomás Trenor Palavicino tuvo la extraña y difícil habilidad de unir a todas la fuerzas políticas, ojalá, hubiera hoy algo o alguien, que nos uniera por una bella o cotidiana causa. En su diario escribía Tomás Trenor: «Hacía muchos años que flotaba en el valenciano ambiente la aspiración de celebrar un gran Certamen, por la convicción de que determinaría saludable impulso en la vida ciudadana, caída en lamentable y lamentada enervación y apatía que importaba combatir y dominar pronta y vigorosamente». Tomás Trenor había analizado las posibilidades desde Vinaroz hasta Orihuela y la Exposición trajo el replanteamiento del nuevo mercado, que ocupaba una superficie de 16ha. que instaló, en el edificio de la Fábrica de Tabacos y en diversos palacios, construidos con materiales frágiles en un estilo ecléctico y trivial. Vicente Rodríguez y Carles Carbonell fueron sus principales arquitectos.
El 22 de mayo con la asistencia de Alfonso XIII, del jefe de Gobierno Maura y del alcalde de Valencia Josep Maestre Laborde Bois quedó inaugurado aquel bello exponente del dinamismo de nuestro País. El rey otorgó a Tomás Trenor, el marquesado con el nombre del río que atraviesa la ciudad: Turia. La Exposición se concibió como la muestra de un certamen que abarcaba todos los campos, así como la proyección exterior. Fue una gran oportunidad para centenares de empresas, y un punto de encuentro empresarial e industrial donde gestar y promocionar las innovaciones de productos tanto regionales como nacionales. Además, la industria del ocio y del consumo consolidaba artículos como el automóvil, el cine, o el fonógrafo; los nuevos deportes como el fútbol. Fue interesante el acercamiento a la aviación, los motores de explosión, o de las nuevas aplicaciones eléctricas. Supuso un siglo XIX de modernización y desarrollo que marcaba el enardecimiento de las clases dirigentes. Se celebraron numerosas fiestas mundanas, espectáculos deportivos y actos culturales, entre los cuales se reconoció a los artistas valencianos. Las crónicas concedieron mucha atención a la aeronauta Mercedes Corominas, que tripuló el globo Mercedes y avisó su descenso enviando palomas mensajeras.Las crisis de Marruecos y la Semana trágica de Barcelona, restaron asistencia?
La Exposición terminó el 22 de diciembre y se prolongó con carácter nacional para liquidar el déficit del que se hizo cargo Tomás Trenor. Fue una bella muestra de lo que podría haber sido la burguesía si sus dirigentes no hubieran querido sacar beneficios políticos: el himno de la Exposición del maestro Serrano debería haber sonado sin letra. La Exposición marca un antes y un después en la historia de nuestro País; transformaciones urbanas, infraestructuras de la ciudad que ejercieron gran importancia en los sectores industriales. La vitalidad de los valencianos despertó con aire renovador. Quiero rastrear los hoteles donde se alojaron los huéspedes; pasear por el Ensanche, atravesar la Pasarela e imaginar aquella gran Exposición de 1909.
