De fuentes a estanques. En un intento de reducir el mantenimiento que precisan las fuentes de la ciudad, el Ayuntamiento de Valencia va a convertir cinco manantiales „cuatro en Viveros y una en Castán Tobeñas„ en estanques llenos de fauna y flora acuáticas. «Queremos pasar de una jardinería estética y formal a una nueva cambiante y ambiental», explicó la concejala de Parques y Jardines, Pilar Soriano.

Esta medida busca reducir el mantenimiento de las fuentes pero también la cantidad de productos químicos, insecticidas, bactericidas, fungicidas y alguicidas que se emplean en las fuentes para asegurar que el agua está en buenas condiciones. Además de introducir plantas acuáticas, también se añadirán peces: «samarucs» o «fartets», especies amenazadas y casi endémicas de l'Albufera y otros humedales de la costa mediterránea, o «gambúsies» donde no sea posible.

«Se va a reducir el uso de la química a la mínima necesaria para cumplir una función sanitaria, como por ejemplo el control de plagas nocivas para la ciudadanía», explicó Soriano, que añadió que una jardinería que potencie la biodiversidad, como la que ellos pretenden poner en marcha en las fuentes de la ciudad, «no puede negar la vida en sus espacios».

En concreto, serán cuatro fuentes de Viveros „Sorolla, Las Aguaderas, El Despertar y Neptuno„ y una en el jardín de Castán Tobeñas, frente al Complejo Administrativo Nou d´Octubre, las que servirán de experiencia piloto. Todas ellas recibirán agua del estanque de la Rambleta para facilitar la conversión de la fuente y agilizar la adaptación del nuevo ecosistema. El estanque de las Rambleta es uno de los pocos cursos de agua que quedan en la ciudad.

Esta actuación se hará coordinadamente entre los Servicios de Jardinería y de Sanidad y comportará un control periódico de la calidad del agua. Una vez pasados los primeros tres o cuatro meses de prueba se informará de los resultados y la evolución del agua y del estanque», explicó la concejala Soriano.

Un suculento contrato

Cabe recordar que el contrato de mantenimiento de fuentes ornamentales es uno de los que más quebraderos de cabeza ha provocado al ayuntamiento en los últimos años. En agosto de 2014, el consistorio licitó un nuevo contrato tras nueve años de prórrogas en los que se gastaron 10 millones de euros. En la ciudad hay 167 fuentes, de las cuales 44 están consideradas ornamentales.

Su mantenimiento se incluye en el presupuesto de Parques y Jardines, aunque durante los gobiernos del PP dependía de la Concejalía de Alumbrado Público y Fuentes Ornamentales. Fue esta concejalía la que en 2012 decidió, tal como contó Levante-EMV, apagar ocho fuentes de Viveros „una de las pocas que quedaron en funcionamiento fue la de Sorolla„. La medida se tomó por «ahorro energético», aunque la Concejalía de Ciclo Integral recomendó, entonces, instalar un reloj que programara el apagado y encendido de los caños para que no funcionaran más horas de las necesarias.