«La prioridad es la estructura del edificio y después la excavación». Con estas palabras resumió el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, los objetivos de la rehabilitación del monasterio de San Vicente de la Roqueta, cuyas obras comenzaron ayer. No obstante, el concejal aseguró que en la parte exterior del monasterio, motivo por el cual se ha cortado un carril de la calle San Vicente, se podrá profundizar más en la búsqueda de los restos del mártir y además aseguró que esta rehabilitación no impide que posteriormente se haga una gran excavación como exigen las asociaciones vicentinas.
Después de tres décadas de abandono (únicamente se habían hecho trabajos de apuntalamiento y emergencia) los obreros entraron ayer en la Roqueta para rehabilitar el edificio y salvar de la ruina el que pasa por ser la cuna del cristianismo valenciano. Situado en la calle San Vicente, a escasos metros de la Plaza de España, el coste supera los 2,6 millones de euros —sufragados con cargo al Plan Confianza de la Generalitat Valenciana—, y el plazo de ejecución es de 14 meses, tiempo en el que la adjudicataria debe recuperar la estructura del edificio y dejarlo listo para una segunda fase en la que se procederá a la adecuación definitiva del complejo al uso que finalmente se decida darle, que siempre será «público».
Además de estas obras y como es preceptivo cuando se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC), se realizarán también trabajos arqueológicos, trabajos que para las entidades vicentinas deben ser más amplios de lo obligatorio y buscar los restos de San Vicente Mártir y de la iglesia paleocristiana que se sospecha que debe haber en el subsuelo.
Salvar el edificio
Ayer, el concejal Vicent Sarrià, cuyo departamento está al frente de la obra, explicó que la prioridad de las mismas es la rehabilitación de la estructura del edificio, un trabajo que se prevé muy complicado debido a las numerosas transformaciones que ha sufrido el monasterio. Primero fue iglesia paleocristiana, convento en la Edad Media y objeto de varias transformaciones en los siglos XVII y XVIII.
Y luego, siguiendo las obligaciones legales, se procederá a una excavación arqueológica que oficialmente supone ahondar 1 metro en el subsuelo para no poner en peligro la estructura del edificio.
Sarrià explicó que los trabajos serán más exhaustivos en la parte exterior del monasterio, pues ahí no hay problema para profundizar y es un lugar también importante en el sentido arqueológico, pues el edificio de la Roqueta fue «mutilado» y se le quitó, entre otras cosas, el ábside que daba a la calle San Vicente. Cabe la posibilidad, incluso, de que aparezcan restos de las edificaciones históricas precedentes.
Precisamente para hacer estos trabajos, dijo, es por lo que se ha cortado un carril en la Calle San Vicente, trabajos que ya empezaron ayer y que han sido el pistoletazo de salida de la obra.
Independientemente de eso, el concejal explicó que esta rehabilitación no acaba con la posibilidad de hacer una excavación posterior más importante para buscar los restos de San Vicente Mártir y de la iglesia paleocristiana. «Esa es una posibilidad que no está cerrada, pero ahora lo prioritario es la consolidación de la estructura del edificio», insistió.
