El Ayuntamiento de Valencia ha atendido, este año, a una de las reivindicaciones más antiguas de los comerciantes con respecto a las Fallas: los puestos de masas fritas —buñuelos y churros— no podrán instalarse cerca de tiendas de ropa o de electrónica. Además, no podrán ocupar carriles bici, ni siquiera sus toldos.

Es una de las novedades que incluirá el bando de Fallas, que delegaciones como Vía Pública y Fiestas ultiman estos días. Los comerciantes han trasladado al ayuntamiento, como hicieron con la corporación anterior, que determinados comercios como tiendas de ropa o de electrónica se veían afectadas por la colocación de puestos de churros o buñuelos en sus inmediaciones. Aseguran que el olor de las masas fritas, y el humo «oleoso» que desprenden estos locales, «impregnan» sus productos. «El olor tarda semanas en irse, si es que se va», explicaban.

Ahora, el consistorio ha decidido escuchar esta reclamación y cuando autorice la colocación de churrerías en la vía pública lo hará teniendo en cuenta su ubicación y la proximidad a determinados establecimientos. Esperan, en el consistorio, un número de churrerías que rondará las 200 por toda la ciudad. Los propietarios de estos puestos pagan entre 600 y 17.000 euros, cantidad que se puede llegar a tener que abonar a las comisiones falleras que plantan monumento en calles transitadas como las premiadas en el concurso de calles iluminadas o las fallas de Sección Especial, que reciben miles de visitantes cada año.

El consistorio prestará especial atención a estos locales, como se ha hecho en años anteriores, para evitar el vertido de residuos al alcantarillado, sobre todo de aceites usados. De hecho, cada año Sanidad inspecciona los puestos cada día de Fallas y, además, la Policía Local controla las churrerías y comprueba que tienen toda la documentación necesaria para desarrollar su actividad en la vía pública.

Fuera de los carriles bici

También se buscará que estos locales no ocupen carriles bici. Es habitual, explican desde el consistorio, que las churrerías ocupen estas zonas destinadas a los ciclistas. Un puesto de masas fritas ha de tener una campana extractora de humos o toma de luz y agua, entre otros requerimientos, y muchos de estos establecimientos tienen, además, terraza, sobre todo en torno a las calles más concurridas.

En ocasiones, estos puestos «molestan» a los ciclistas. Es también otra reivindicación repetida con asiduidad por el colectivo ciclista, que ha afeado al ayuntamiento en varias ocasiones que los toldos les forzaban a circular agachados, lo que podía provocar accidentes. El ayuntamiento no autorizará la colocación de puestos cerca de carriles bici si su ubicación puede dificultar la circulación por el mismo.