La peatonalización del entorno de la Lonja arrancó ayer por la tarde con la colocación de los grandes macetones y otros elementos móviles que delimitarán, con carácter provisional, las zonas para viandantes en el entorno de este monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las restricciones al tráfico, que también afectan al entorno de la plaza del Mercat y a la avenida Mª Cristina „que se quedará con un solo carril de tráfico rodado limitado a residentes, transporte público y clientes del Mercado Central„ se han llevado a cabo finalmente sin el respaldo de los vendedores cuya junta directiva se reunió ayer para estudiar nuevas acciones en defensa de sus intereses, que consideran seriamente perjudicados con la remodelación del tránsito «impuesta» por el ayuntamiento.

Los vendedores acusan al ayuntamiento del tripartito de «precipitación» y de no haber escuchado las propuestas de los vendedores. «No entendemos las prisas», destacó ayer el presidente de los vendedores, Francisco Dasí, quien aseguró que el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, debería haber esperado al miércoles, cuando está convocada la asamblea general del mercado, en la que estaba prevista la asistencia del concejal y posiblemente del alcalde, Joan Ribó, para tomar decisiones.

Los vendedores tenían la esperanza de que el nuevo concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, de Compromís, tuviese en cuenta las reivindicaciones del mercado en el sentido de aplazar y consensuar las medidas de peatonalización para que la política de pacificación del tráfico del gobierno tripartito no acabe estrangulando los accesos al mercado, cuyo impacto económico se cifra, según los propios vendedores, en 800 millones de euros anuales.

Los vendedores debatirán este miércoles una nueva propuesta para mantener abierta la vía de la negociación con el consistorio según la cual estarían dispuestos a apoyar el plan de reurbanización y restricción del tráfico en el entorno monumental siempre y cuando no se avance más en las medidas entretanto no se presente el nuevo convenio que servirá de base para la licitación del aparcamiento de la plaza de Brujas, una infraestructura que los vendedores del mercado consideran capital para mantener vivo este espacio comercial.

Los vendedores están dispuestos a aceptar que se cierre al tráfico el entorno de la Lonja pero quieren que no se avance más en las limitaciones al coche en María Cristina y la plaza de Brujas. Reivindican en este sentido que no se bajen las terrazas de los locales a la calzada y la zona de estacionamiento de María Cristinta „una medida anunciada por Grezzi entretanto se busca financiación para acometer un plan de remodelación urbanística y ensanche de aceras apropiado al entorno monumental„. Además, solicitan que se mantenga abierta al tráfico la plaza de Brujas para garantizar el tráfico circular en el entorno del Mercado Central.