Para muchos ayer fue un día histórico en Valencia. Para algunos menos un despropósito de jornada. La peatonalización de la Plaça del Mercat y la reordenación del tráfico en la calle María Cristina -que pasa de dos carriles a uno- no logró unanimidad entre comerciantes, clientes, vecinos y turistas, pero la sensación predominante es que la medida será un revulsivo para el centro de la ciudad. Muchos de los que aprobaron la intervención, sin embargo, reclamaron al mismo tiempo la apertura cuanto antes del aparcamiento de la plaza de Brujas, o al menos el compromiso del gobierno municipal de iniciar el proceso para su puesta en marcha.

El primer día de la peatonalización blanda de la zona del Mercat y la Lonja transcurrió sin excesivos contratiempos. Los técnicos municipales estuvieron durante toda la mañana colocando aún bolardos, pintando plazas de aparcamiento de moto o rematando detalles. El tráfico, excepto en la calle de las Danzas „donde hubo algún pequeño problema„ y al inicio de María Cristina „que pasaba de dos carriles a uno„, fue el habitual de un día laboral. La nueva propuesta no generó grandes transtornos en este sentido y, cuando se consolide, acabará con el tránsito oportunista de vehículos que usaban este itinerario para atajar.

La redistribución de paradas de taxis y zonas de carga/descarga fue rápida, aunque algún transportista se quejó de que ahora debían andar más con sus portes hasta el comercio. Las paradas del autobús también se han trasladado y algunos clientes de avanzada edad mostraron su malestar porque ya no tienen el autocar a la puerta del mercado.

Entre los vecinos hubo satisfacción generalizada al comprobar el gran cambio que había experimentado la zona, aunque reclaman que el ayuntamiento facilite el acceso a los aparcamientos privados. Otros pidieron una intervención más radical. Los turistas tomaban el sol encantados en los nuevos bancos colocados en la calzada.

Entre los comerciantes es donde las opiniones están más encontradas. Los vendedores del Mercat, la mayoría, creen que perjudicará sus ventas y tildan de precipitada la intervención. Exigen la apertura del aparcamiento de Brujas y que Ribó se comprometa a ello cuanto antes. Los hosteleros se muestran entusiasmados con la idea, mientras que en las pequeñas tiendas de la zona la opinión es que la peatonalización les podría beneficiar, pero quieren esperar antes de sacar conclusiones.