Aída llevaba la melena por debajo de la cintura antes de Navidad. Un poco cansada de ella, decidió cortársela. Cuando llegó a casa para pasar las fiestas junto a los suyos „es una de las muchas jóvenes que han tenido que ir al extranjero a buscar trabajo, en su caso, a Turquía„ trajo un pequeño regalo con ella: el pelo que se había cortado . «Yo he sido fallera de toda la vida. Podría haberme hecho mallas para moños, porque de pelo natural son bastante caras. Pero vi por internet una iniciativa que me convenció más», cuenta. Así, su larga cabellera fue a parar a la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc).

Esta entidad recibe donaciones de cabello natural y confecciona pelucas para los pacientes que se someten a tratamientos de quimioterapia y pierden el pelo; son sobre todo postizos para niños y mujeres (un añadido de unos 10 cm de longitud y pelo natural cuesta unos 1.000 euros, según los expertos). «Me pareció muy buena idea. Prefiero que mi pelo vaya a parar a alguien que lo necesita de verdad», cuenta Aída. «Una amiga me pasó una dirección de la Aecc y mi madre lo mandó la trenza por correo desde España», detalla.

El caso de un familiar político cercano contribuyó a sensibilizar a esta joven. «Vi a esta persona sin pelo y lo mal que lo pasó y pensé que podía ayudar con mi pequeña aportación», explica la valenciana mientras anima a más gente a seguir sus pasos. «Tengo una amiga con ´melenón´ que estoy intentando convencer, porque tiene buena mata», comenta sonriente.

Más de 100 trenzas en 5 meses

Si finalmente esta amiga „o cualquier lector que siga estas líneas„ se decidiera, tiene más opciones para mandar su coleta o trenza y que llegue en forma de peluca a afectados por cáncer. El colectivo Mechones Solidarios es una de estas alternativas. Desde la Asociación de peluquería Internacional Arte e Imagen impulsaron hace un par de años una campaña para que los clientes de los salones de belleza se animaran a donar su cabello. En la Comunitat Valenciana varios establecimientos colaboran con ellos, como el de Mar Chancosa, en la calle Alfahuir de Valencia.

«Empezamos con esta iniciativa el pasado mes de septiembre y ya hemos enviado más de 100 trenzas», explica Amparo Andrés, una de las trabajadoras de este salón de belleza, una de las «peluquerías solidarias» que, por cinco euros, corta el pelo y lo envía para hacer pelucas para mujeres con cáncer.

«A través de nuestras redes sociales y de carteles se va propagando la campaña, que está funcionando muy bien. La verdad es que nos ha sorprendido ver tanta solidaridad», cuenta la empleada. «Muchas clientas vienen porque han sufrido el cáncer en sus propias pieles o en las de algún familiar, aunque otras simplemente lo hacen de manera altruista», comenta.

El único requisito para poder donar es tener un mínimo de 20 centímetros de longitud en el pelo. «Un corte habitual cuesta 20,70 euros. Por cinco cortamos la coleta y lo arreglamos», señala la trabajadora. «Cada vez más salones se están uniendo a esta iniciativa.