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Centro Educativo Gençana

La luz de la educación

Gençana de Godella destaca por su metodología de trabajo basada en el lema «hacer es comprender»

La luz de la educación

Gençana, la cooperativa de enseñanza de Godella, es un faro de la innovación y la renovación pedagógica de la enseñanza valenciana desde hace 35 años. Este centro educativo privado concertado es un referente no sólo por la secuencialización del programa de enseñanza-aprendizaje de su alumnado, desde un año hasta Bachillerato, sino también por el tratamiento integrado que hace de las cuatro lenguas que se enseñan en el centro (castellano, valenciano, inglés y francés). Su metodología de trabajo por proyectos, basada en el lema «hacer es comprender», es otro de los pilares de su filosofía educativa.

Proyectos entre los que sobresale el Carnaval Literario que celebran desde 1989 y que está coordinado desde sus inicios por el maestro y animador a la lectura Federico Martín Nebras. Se trata de una gran apuesta por la animación a la lectura que une a todos los miembros de la escuela „alumnos, profesores, exalumnos y familias„ y que este curso gira alrededor de la luz.

El director de Gençana y coordinador de Secundaria, Pedro Gil, destaca que esta propuesta que la escuela abre a toda la sociedad «permite trabajar a todas las etapas educativas en común y de forma interdisciplinar todas las áreas del currículo».

La fiesta de la lectura

Esta fiesta de la lectura, con desfile literario incluido en el que los alumnos dan vida a los personajes del papel y el colegio se convierte en un escenario de cuento, es una oportunidad también para que los escolares convivan en las aulas con los escritores que leen.

Y es que leer, así como trabajar en la comprensión oral y escrita, es fundamental en la metodología de Gençana. «Un niño lector no tiene problemas en ninguna asignatura, porque la lectura estructura el pensamiento», sostiene el profesor Rafael Ridaura, jefe del Departamento de Ciencias del colegio.

Por esta razón las clases parecen bibliotecas en lugar de aulas. Desde los cursos iniciales, donde las estanterías están llenas de materiales y juegos manipulativos con los que el niño aprende haciendo, y conforme el alumno va creciendo cada vez hay más libros de lectura y apoyo, hasta ESO y Bachillerato donde ya son aulas específicas por áreas de conocimiento con una media de 1.500 volúmenes de consulta cada una.

Virginia Pardo, coordinadora de Infantil y Primaria, explica que Gençana es una escuela «abierta y acogedora» donde los alumnos y sus padres pueden llegar media hora antes del inicio de las clases y desayunar en el comedor del colegio o quedarse a merendar por las tardes. «La relación con las familias es uno de los puntos fuertes de la escuela, todos tenemos que ir a una», añade el director, que destaca el papel de la guía didáctica en la que cada alumno tiene secuenciado todo el trabajo asignatura por asignatura y a través de la cual los padres conocen el día a día de sus hijos en el aula.

«Salir al jardín»

En las primeras etapas, el recreo lo llaman «salir al jardín». Allí se realizan actividades de juego dirigido en las que se trabaja la lectoescritura (saltar a la comba, palmas...) o la socialización (juegos en corro), etc... «Un trabajo que repercute mucho en el aula», apunta Pardo.

En ESO y Bachillerato, la propuesta por proyectos parte desde la iniciación de los jóvenes al trabajo de investigación en áreas como Biología, Química, Física, Matemáticas, Tecnología y Computación que como mínimo se desarrollan a lo largo de dos cursos y cuentan con asesores externos.

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