Los asuntos económicos y de infraestructuras pendientes coparon buena parte de la reunión que mantuvieron ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, en el ayuntamiento. En su primera visita institucional al consistorio, el jefe del Consell anunció que planteará un cambio en la Ley de Régimen Local o la creación de una nueva ley para «resetear» y «reformular»el plan Confianza, impulsado por el gobierno de Francisco Camps, y regular las inversiones de modo que se adapte a las «necesidades y prioridades actuales» de los ayuntamientos.

Esta es una de las peticiones que le hizo Joan Ribó, quien aseguró que hay obras «muy importantes», como el bulevar San Pedro, en la «zona cero» del Cabanyal, que era una de las obras fundamentales del ya extinto plan de reforma (Pepri) del Cabanyal y que tiene que ajustarse a la nueva política de rehabilitación sin derribos del gobierno tripartito (Compromís, PSPV y Valencia en Comú). El plan Confianza asignaba 11,5 millones para el bulevar San Pedro. Está por ver cómo se redefinirá el proyecto y si se mantendrá toda la inversión en esta calle o se repartirá en otras zonas.

Puig destacó que el plan Confianza está hecho «con ojos del pasado» y ha generado muchos problemas por el impago a proveedores, por lo que es necesario «resetearlo» con «criterios abiertos y progresistas». Ribó señaló que hay obras de este plan como la reurbanización de la avenida del Mediterráneo que se están revisando para ensanchar más las aceras y para incluir arbolado, algo fundamental «para la convivencia».

El presidente también se comprometió, a petición de Ribó, a estudiar la posibilidad de redactar un decreto que permita fijar nuevos límites de endeudamiento y sortear el corsé de Montoro para desarrollar proyectos como el de renovación de luminarias para reducir la contaminación lumínica que tiene en cartera Ribó.

Otro de los temas tratados en la reunión de ayer fue el nuevo convenio para el aparcamiento de Brujas, que el ayuntamiento ya ha recibido y que supone que este asumirá el pago de la obra, esto es 11,3 millones de euros, que se abonarán en diez anualidades, y del que queda pendiente la discursión de los intereses. Ribó aseguró que este fleco se resolverá como máximo un mes y entonces se licitará la obra. El alcalde apeló nuevamente ayer a la paciencia a los vendedores del Mercado Central, a los que tiene de frente por el retraso en la puesta en servicio de este aparcamiento. El alcalde aseguró que el ayuntamiento «va a hacer un esfuerzo importante para sacar adelante esta obra» de la que reveló el coste desproporcionado en comparación con los aparcamientos de la zona. Mientras el coste de construcción de una plaza de aparcamiento en el entorno está entre 9.000 y 12.000 euros, en el subsuelo de Brujas los costes „sin la urbanización de la plaza hecha„ ya están en 47.000 euros por plaza, «entre cuatro y cinco veces más». Ribó recriminó la herencia dejada por la anterior alcaldesa, Rita Barberá, con el aparcamiento de Brujas, una «obra magnífica» comentó en tono irónico, donde también falta por construir la salida de los coches.

El aparcamiento de Brujas, con 475 plazas, se adjudicó junto con la estación del Mercat de la T2 a la UTE Dragados-Pavasal en 2007.

En la reunión de ayer también se acordó la convocatoria del consejo rector del Consorcio Valencia 2007 para resolver dos contratos urgentes que se acaban y hay que volver a licitar (limpieza y vigilancia). Ribó volvió a defender ayer la necesidad de que el Gobierno condone la deuda pero admitió que en la situación actual, con un gobierno central en funciones, esto es «inabordable».

Ximo Puig destacó que en la reunión de ayer se hizo un repaso de todos los temas pendientes y manifestó su voluntad de seguir manteniendo unas relaciones fluídas con el ayuntamiento con el que se abordarán en un futuro temas estructurales como el Parque Central y el Puerto. «Las instituciones están para sumar y no para confrontar» y vamos a trabajar «codo a codo» para ir resolviendo los problemas de la ciudad.