Maite Girau Melià (Oliva, 1961) es de hablar pausado. Nada hace pensar que para imponerse necesite alzar la voz. Convence con un discurso plagado de guiños permanentes al diálogo, al entendimiento, y a la cordialidad. Tiene muy interiorizado que el papel de un político es el de «servir al ciudadano». Una máxima que trata de aplicar en las dos concejalías que dirige, Sanidad y Deportes. Se define a sí misma, como «dialogante», «conciliadora» y una «incansable» que se crece ante los retos. «No me agoto con facilidad, y no me abruma el trabajo», asevera. Así que no ha dudado en abrir cajones y armarios para poner orden, además de reclamar una auditoría de la gestión del Partido Popular en los últimos años.
Después de siete meses gobernando, ¿qué balance hace Maite Girau al frente de la doble concejalía de Deportes y Sanidad?
Cuando nos incorporamos lo que queríamos era trabajar en un marco caracterizado por la transparencia, el diálogo y el consenso. Tanto en el ámbito de Deportes, como en el de Sanidad, primamos la participación ciudadana, porque queremos que las personas estén en el centro de las políticas públicas y porque nosotros abogamos por defender los servicios que puede y debe ofrecer la Administración. Nuestro objetivo es escuchar las necesidades del ciudadano y dar prioridad al interés general. También estamos poniendo orden en lo público, en todo lo que tenemos aquí.
¿Orden en lo público? ¿Quiere decir que han encontrado algo que les haga sospechar?
Es sabido que hay en marcha una auditoría, porque cuando uno empieza una gestión es bueno saber lo que había antes y más con todo lo que está pasando. Queremos saber cómo se hacían las cosas en la larga etapa del Partido Popular. Esa auditoría la pedí desde el principio de acceder al cargo.
¿Cuál es la obsesión de Maite Girau como edil de Deportes?
Hay que combinar distintas cuestiones. Por una parte, continuar trabajando para seguir teniendo grandes eventos que tengan impacto social y económico en la ciudad, que la promocionen, también para que las federaciones y clubes puedan avanzar, pero al mismo tiempo que haya deporte para todos y para todas. Que cualquier vecino tenga acceso a cualquier deporte (insiste una y otra vez a lo largo de la charla).
Y eso... ¿cómo se consigue?
Hay que dar facilidades a todo el mundo independientemente del sexo, la edad, o las condiciones físicas, funcionales o económicas. Eso se logra con más ayudas y más deporte en la infancia. Hemos logrado casi 500 becas más y unos 1.900 niños podrán participar en las escuelas deportivas municipales con el el 100% de la bonificación. Eso es dar oportunidades, y eso lo estamos haciendo nosotros. No vamos a consentir que ningún niño o niña se quede atrás por falta de medios. Hemos fomentado las escuelas deportivas y los juegos deportivos, con más de 5.500 niños participando en las primeras, y tenemos inscritos casi 11.000 escolares en los segundos. Necesitamos promocionar la cantera para tener buenos deportistas profesionales también el día de mañana.
¿Qué diferencia la política anterior del PP y la actual del gobierno de Compromís, PSPV y VLC?
Sobre todo el dar una visión social al deporte y oportunidad de participación. Anunciamos que las entidades ciudadanas y sociales, las organizaciones que trabajan con menores en situación de riesgo y asociaciones de mujeres o de mayores podrían utilizar los polideportivos públicos, y lo hemos cumplido.
¿Cómo casa la concejalía de deportes con la de Sanidad?
Pues muy bien, porque salud y deporte van de la mano entiendo yo. En el ámbito de sanidad queremos crear un pacto local para la promoción de la salud. Involucrar a entidades de vecinos y a los pacientes, visibilizar las enfermedades, trabajar en colegios, en los centros de mayores...
Usted era funcionaria en el consistorio, un trabajo menos expuesto que el de la política. ¿Qué le lleva a dar el paso al primer plano?
Es un reto importante. Doy el salto porque se me da la oportunidad de incorporarme a la lista, y porque me permite trabajar desde un lugar donde se puede cambiar la vida de las personas. Es un trabajo intenso porque las agendas públicas están llenas de entidades y de federaciones. Pero yo, que soy persona positiva, siempre veo la parte buena de las cosas.
¿Imagina una situación como la del Partido Popular, con todos sus concejales menos uno imputado, pero en el seno del grupo municipal socialista?
No, la verdad. Podría ser una cuestión puntual si hubiera solo un imputado, pero si hay tantos y en tantos niveles..... habrá que pensar que se trata ya del Partido Popular. Los políticos hemos de tener ética y saber que trabajamos por el interés público. Todas las medidas de transparencia y que promuevan el rendir cuentas son pocas. Es fundamental que los políticos interioricen eso.
¿Cómo cree que se hubiera actuado en las filas socialistas?
De manera contundente, por descontado. No puede haber tibieza ante los casos de corrupción. Se han de asumir responsabilidades. Habrá que ver cómo va trabajando la justicia, pero la verdad es que el PP tendría que haber actuado de forma clara y decidida por el bien de la política. En estos momentos no tienen legitimidad para su tarea de oposición.
¿Entiende la actitud de la exalcaldesa Rita Barberá de no dar desde el principio la cara por los que fueron sus más estrechos colaboradores?
Rotundamente, no. Lo de Barberá me parece vergonzoso, pero ya sabíamos... Sólo espero que la justicia actúe con celeridad.
Un asunto no menor como el del mosquito tigre, que contagia el virus Zika, también depende de usted. Han pedido la colaboración ciudadana.
Sí, en este tema es fundamental la labor de los vecinos. Es importante que los ciudadanos nos puedan poner sobre aviso sobre algún foco. Eso es básico.
¿Cómo se administra el dinero cuando es escaso?
Hay una cuestión fundamental en el trabajo, como es optimizar los recursos públicos, para no duplicar y para complementar. En ese sentido, tanto con Diputación como con la Conselleria de Carmen Montón vamos de la mano. En Sanidad estamos trabajando en materia de drogodependencias, ofreciendo cursos sobre el uso de las tecnologías, desarrollando trabajos con los escolares, o la edición de un manual sobre el ciberacoso.
