La vicepresidenta de Mercadona y esposa de Juan Roig, Hortensia Herrero, ha cerrado, tras más de dos años de «complejas» negociaciones con la familia Armada, la compra del Palacio Valeriola. Este emblemático y ruinoso edificio del siglo XVII, ubicado en la calle del Mar, en la antigua judería, se restaurará por completo para darle un nuevo uso, aún por definir. Se descarta, a priori, el privado, como residencia familiar, y se baraja reconvertirlo en espacio sociocultural e incluso sede de la Fundación Hortensia Herrero, que trabaja en la recuperación del patrimonio histórico.

La citada fundación acaba de dar por finalizada la restauración de los frescos de la Iglesia de San Nicolás, la «Sixtina valenciana», donde ha invertido alrededor de cinco millones de euros, casi la misma cantidad que la fundación ha destinado a la recuperación del Colegio del Arte Mayor de la Seda, que ya ha entrado en la recta final. Sin embargo, la vicepresidenta de Mercadona quiso desmarcar ayer la adquisición del palacio de Valeriola de las actividades de la fundación y aseguró, en un comunicado, que se trata de una «iniciativa personal no vinculada a la fundación», que solo ha intervenido en obras «para otros».

Hortensia Herrero ha comprado el palacio a Francisca Díez de Rivera, viuda del general golpista Alfonso Armada.

El palacio, de estilo neoclásico, será sometido ahora a una intervención urgente para salvar su estructura y posteriormente se acometerá la restauración integral y se estudiarán los usos, dentro de los cuales se descartaría el de uso privado de la familia. Los trabajos para recuperar el esplendor del edificio serán llevados a cabo por el estudio de arquitectura «Roig Martí», del que es socia fundadora la hija de Juan Roig y Hortensia Herrero, Amparo Roig, que también ha realizado el proyecto de la escuela de negocios y emprendedores impulsada por el dueño de Mercadona en la Marina Real Juan Carlos I.

El palacio funcionó varios años como local de ocio. Tras la clausura de esta actividad entró en un proceso de degradación del que pareció rescatarlo un nuevo proyecto para reconvertirlo en hotel por parte de la empresa High Tech Hoteles que llegó a un acuerdo con los dueños del palacio para rehabilitarlo y destinarlo a hotel.La cadena privada dedicada a los servicios terciarios esta especializada en rehabilitar inmuebles protegidos para destinarlos a hoteles como ha hecho en Sevilla, Madrid o Barcelona. High Tech Hoteles, que ya gestiona dos hoteles en el Ciutat Vella y Russafa. Finalmente el interés del inversor decayó con la crisis y el proyecto no llegó a ver la luz.