«Rita Barberá se ha comportado de una forma inhumana con mi familia», aseguró ayer emocionada la hija de Teófilo Alcorisa, Pilar Alcorisa, en la rueda de prensa ofrecida en Blanquerías, acompañada por los responsables del Grupo por la Memoria Histórica, tras conocerse que el análisis de los restos exhumados en octubre en el Cementerio General coinciden con los de su padre, asesinado durante la represión franquista.

La búsqueda de la familia Alcorisa concluye tras numerosos «impedimentos y zancadillas» por parte del anterior gobierno de Rita Barberá, que se resistió a facilitar la exhumación de la fosa común del cementerio de los restos del represaliado. A preguntas de este diario sobre qué le diría ahora a la ex alcaldesa, Pilar Alcorisa aseguró que la ex regidora y actual senadora, «no tiene vergüenza y no es humana». «Cuando en 2010 recibimos la subvención, hubiera bastado con un simple sí suyo y nos habría a horrado estos seis años de sufrimiento», remachó la hija de Teófilo, ahorcado en 1947 por no delatar a su hijo, que era guerrillero. «A ella no le costaba un duro, porque teníamos la subvención». Pero el sí de Barberá no llegó y «tuvimos que devolver la subvención», explicó Pilar Alcorisa quien agradeció el apoyo del actual gobierno, que en poco tiempo aprobó la exhumación. Un estudio antropológico y de ADN han verificado la identidad del padre de Pilar como uno de los represaliados enterrados en la fosa común.

«Nos desterraron»

El deseo de los familiares de Teófilo Alcorisa es enterrar a su padre con su madre, en Burjassot, donde la familia reside desde hace años. «Por fin estarán los dos juntos. Ella hubiese estado muy contenta de poder ver que por fin hemos conseguido recuperarlo», manifestó Pilar Alcorisa, quien explicó entre lágrimas que su familia «ha tenido una vida muy dura».

«Desterrados del pueblo»

«Fuimos desterrados de nuestro pueblo», una pequeña aldea cercana a Santa Cruz de Moya, y «al final tuvimos que emigrar a Francia» «No nos dejaban ni tender la ropa en la calle porque decían que hacíamos señales a los maquis». «Cuando volvimos no nos atrevíamos ni a decir que habían matado a mi padre, porque no sabías ni con quién estabas hablando».

A través de la asociación «La Gavilla Verde», la familia Alcorisa, entró en contacto con el Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica (GRMH) que les ayudó a tramitar las ayudas de la Ley de Memoria Histórica. Pero en el Ayuntamiento, se encontraron con un muro. «Nos dijeron que en el cementerio había un montón de huesos y que era imposible de recuperar»,a pesar de que el cuerpo de Alcorisa estaba localizado en los registros del cementerio como se ha comprobado ahora. Una vez hubo acuerdo para exhumar,« nos dijeron que lo teníamos que pagar nosotros, nos pedían 45.000 euros». Durante el proceso dos de los hijos de Alcorisa han fallecido y uno de ellos, el que fue guerrillero, tiene 95 años y apenas sale de casa.