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La trastienda

Que no se repita

Que no se repita

Han pasado meses desde que la nueva legislatura comenzara su camino, y habría que preguntarse, ya con cierta perspectiva, si el nuevo gobierno apoya a los sectores culturales. La inacción ya ha provocado rumores sobre la posibilidad de separar el área de educación y la de cultura, pero de momento nada.

La aparición en su momento de Culturarts nos dejó a todos inquietos y con demasiadas dudas. Contra pronóstico, supuso una alegría para muchos la elección del actual director general, que sabía desde la base cómo funcionaba el engranaje a nivel gestor y artístico. Alguien que conocía los entresijos desde dentro. Sorprendió por lo poco común, acostumbrados a los nombramientos de personas de perfil político en puestos que debieran ser técnicos, y que nos han llevado a errores en las decisiones y en la forma de hacer las cosas. No solo en este, sino en muchos otros sectores.

En el caso concreto del cine, todo sigue casi igual que antes. Son muchos los frentes abiertos que afectan a creativos y productoras valencianas, que también esperan noticias sobre la puesta en marcha de la nueva televisión pública, prevista para octubre de 2016 y una de las líneas fuertes del Pacto del Botànic. Se esperan con expectación los concursos públicos que la Generalitat pretende poner en marcha para implementar de contenidos a esta nueva televisión.

Unos interesados claman por la inminente publicación de las bases, mientras que otros creen que bastante mal se han hecho ya las cosas como para volver a cometer de nuevo los mismos errores por las prisas. Las comisiones, o lo que es lo mismo, las personas que esta vez se elijan para evaluar estas propuestas van a ser clave y esperemos que sean del adecuado prestigio, el que merecen nuestros profesionales. Que sea una propuesta lógica y formada por personas que sepan qué es lo que se va a examinar. Porque de esa base dependerá el éxito de todo lo demás.

La situación sigue enquistada, porque tanto derecho tienen los extrabajadores de RTVV a reclamar lo que consideran que les corresponde como los ciudadanos a exigir una nueva televisión pública de todos. En lo que sí parecen estar todos de acuerdo es en no repetir los errores, las cosas mal hechas del pasado.

Entre esos nuevos contenidos, muchos son los rumores que cada vez dan más por hecho el rodaje de una serie histórica acerca de la Valencia republicana. Y de nuevo división de pareceres. Nadie duda de que sea este un proyecto ambicioso y, desde el punto de vista artístico, bonito y enriquecedor. Pero debemos preguntarnos si hay medios suficientes para llevarlo a cabo, y si de nuevo vamos a hipotecarnos con enormes proyectos que al final provocan desequilibrios en los contenidos y marginación en la pluralidad.

La falta de medios es legítima en los tiempos que corren. La falta de visión, no. Y no podemos permitirnos volver a tropezar con la misma piedra. Tenemos creativos de mucho nivel, destacados a nivel de galardones en el mundo del cortometraje y de la animación, y mucho se podría hacer para que se extendiera a otras disciplinas del audiovisual. Muchas cosas se hicieron rematadamente mal. Y eso es algo en lo que, y ya era hora, todos coincidimos por unanimidad. De los actuales gestores depende que no se repita.

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