A pesar de encontrarse ya la cudad envuelta en los actos falleros, el caprichoso calendario de 2016 obliga a que otras fiestas también celebren sus protocolos. Y no podía resultar ayer más paradójico que, mientras tenía lugar la Cabalgata del Ninot, a poco más de cientos tenía lugar, con la solemnidad al uso, el pregón de las fiestas de San Vicente Ferrer. Con este acto concluye la trilogía que supone el nombramiento y posterior exaltación de la honorable clavariesa y, en este caso, la particular «Crida».

Este acto es, realmente, el que organiza a tal efecto el Altar del Mercat, que ha acabado por convertirse en el de toda la fiesta vicentina. Por esto, estuvo presidido tanto por la honorable, María Falcón, como por las representantes del altar, tanto la presidenta, María José Pinazo, como su propia clavariesa, Rosa María Queralt.

El encargado de pronunciar el pregón fue Donís Martín, un personaje más que conocido en el mundo de las fiestas de la ciudad, y que basó su discurso no tanto en la figura del santo „recurso habitual en estos casos„, sino en las aportaciones poéticas emanadas de este altar, incluyendo todo tipo de épocas. Tras este repaso cultural procedió a proclamar el inicio de las fiestas.

En los últimos días, los altares han celebrado los actos de nombramiento de clavarios y, con la llegada de los días fuertes de fallas, los cuadros infantiles tendrán que arreglarse para seguir preparando los «miracles», que llegan casi sin tiempo entre el final de fallas y el inicio de la Semana Santa.