El consumo de agua en Valencia ha caído un 32% en ocho años como consecuencia de la crisis económica y también gracias a la introducción de mejoras tecnológicas en el control de la red que permiten ahorrar 1 millón de metros cúbicos al año. Dos son las medidas más destacadas: la telelectura de los contadores y la sectorización de la ciudad, que permiten detectar fugas y atajarlas de manera inmediata.

Según explicaron ayer el concejal del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, y los responsables de la empresa Emivasa, gestora del abastecimiento en la ciudad, en Valencia hay 430.000 contadores, aproximadamente uno cada dos personas, para una red de 1.340 kilómetros de tubería con 37.000 acometidas.

Por lo que se refiere al consumo, la tendencia es claramente a la baja. Si en el año 2008 la ciudad gastó 122 millones de metros cúbicos, en el año 2015 esa cantidad había bajado a 92 millones, un tercio menos en ocho años.

Las causas están en la crisis económica y el descenso de la actividad, pero también en la fuerte tecnificación de la red, en la que se han invertido 7 millones de euros sólo este año. En toda el área metropolitana, gestionada por la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), la inversión ha sido de 17 millones de uros.

Dos son las parcelas en las que más se ha trabajado. Según explicó Antonio Llopis, jefe de servicio del Ciclo Integral del Agua, una de ella es la telelectura, que consiste en instalar un modulo de transmisión vía radio en cada contador para poder leerlo desde los servicios centrales.

A día de hoy ya se ha instalado este módulo en el 90% de los contadores, y eso que el 43% de los mismos están en el interior de las viviendas. Ello permite detectar cualquier anomalía en el consumo „por ejemplo, un gasto constante por la noche„ y comunicarlo al cliente por si tiene una fuga.

La otra medida es la sectorización de la ciudad para controlar el consumo por áreas. Hasta el momento, se ha implantado en el 58% de la red y permite detectar alteraciones en el gasto y localizar fugas en la vía pública con ayuda de ultrasonidos.

Con estas medidas, en las que se invierten 500.000 euros al año, se han conseguido reducir las pérdidas en 1 millón de metros cúbicos al año.

Es más, se han reducido también las quejas de los usuarios en un 10% aproximadamente. La mayoría de las alrededor de 4.000 que se reciben cada año se refieren a las estimaciones en el consumo y se resuelven en el siguiente recibo.