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Sin gobierno

Sin gobierno

El confuso panorama electoral tras las elecciones estatales del 20 de diciembre de 2015, ha llevado a que estemos a punto de batir el récord de tiempo sin constituir un nuevo Gobierno que responda a la voluntad popular emanada de las urnas. A pesar de que el Congreso y el Senado ya llevan tiempo constituidos, seguimos con un Gobierno en funciones del PP que ya no representa a la mayoría del cuerpo electoral, no sólo por haber perdido la mayoría absoluta que ostentara en 2011, sino porque además, la constitución de las nuevas Cortes es más diversa que la anterior, que no más plural.

Este Congreso con supuestos nuevos actores, está reflejando la complejidad de alcanzar un acuerdo de Gobierno entre las distintas fuerzas del centro izquierda y de izquierda que sumadas a los nacionalismos de corte progresista podría dar la mayoría suficiente para mandar al PP a la oposición, y purgar así su gestión neoliberal de la crisis y los casos de corrupción que lo dejan maniatado para lustros. Lo enmarañado del asunto es consecuencia del pacto contranatura firmado por el PSOE con Ciudadanos, que no ha servido más que para excluir al resto de fuerzas progresistas y de izquierdas.

Mientras van pasando los días sin que se llegue a un acuerdo para constituir Gobierno, aumentan l@s que que comparan dicha situación con lo ocurrido en Bélgica, que entre las elecciones de junio de 2010 y el 6 de diciembre de 2011 estuvo 541 días sin Gobierno. De manera un tanto alegre se comparan ambas situaciones y por las redes sociales corren como la tinta cifras que aseguran que si la situación económica en Bélgica mejoró en esos meses considerablemente, puede ocurrir lo mismo en España.

Conviene recordar que ambos países no se encuentran de partida en condiciones similares. No es lo mismo estar afectado por la crisis como es el caso de Bélgica, que estar asolado por la misma como es el caso de España. No es lo mismo estar en el centro de la toma de decisiones, que formar parte de la periferia comunitaria, con una economía dependiente y sin tejido productivo de peso. Además Bélgica es un Estado verdaderamente federal, muy descentralizado, en el que el Parlamento siguió tomando decisiones en aquellos meses.

La no configuración de Gobierno en España se está convirtiendo en un problema añadido a los que ya tiene el país, y de manera acuciante l@s valencian@s. Así pues, la interinidad del PP en el Gobierno permite que Montoro siga estrangulando la economía valenciana, negándose a reconocer la infrafinanciación del PV, o que además para València suponga congelar cualquier inversión estatal que permita desbloquear temas puntales, algunos tan urgentes como el Parque Central y las conexiones ferroviarias, o la inaplazable condonación de la deuda de más de 400 millones de euros de la Dársena Interior que permitiría darle una función pública y social.

Urge pues un nuevo Gobierno, con un programa de izquierdas, que solucione el estado de emergencia social y territorial en el que vivimos. Tal vez solo así, cobren sentido las comparaciones con Bélgica.

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