El concurso de los Miracles de Sant Vicent arrancó ayer con una nueva muestra del talento de decenas de niños valencianos, que interpretaron milagros efectuados por este dominico nacido en el Reino de Valencia en el s. XIV.

El edificio de la ONCE fue el escenario de estas representaciones, organizadas por la Junta Central Vicentina y la asociación Lo Rat Penat. Ayer le tocó el turno al Altar del Tossal, con «Lo que Déu ha unit que no ho separe... el dimoni»; Mercado de Colón, con la obra «Passà fent el bé»; el Altar del Carme, con «La llecha»; la Pica Baptismal, que presentó la obra «Dos milacres en un vol»; y el Altar de Russafa, con «Foc d´amor».

El Tossal, ganador siete años consecutivos del premio a la mejor representación, presumió de una puesta en escena armada de buenas interpretaciones y un diálogo ingenioso que mereció varias carcajadas por parte del público, que disfrutó de 30 minutos cargados de gracia cassolana.

Los niños del Tossal ya acostumbran a encandilar al público con guiño y arranques humorísticos por parte de unos «grandes» actores todavía en primaria.

Este altar representó las lecciones de Sant Vicent a un grupo de fieles con problemas familiares, que habían acudido desesperados al santo con el deseo de obtener lecciones sobre la buena vida cristiana.

Mercado de Colón, por su parte, hizo gala de un gran elenco de actores infantiles, entre los que destacaron los más pequeños, que defendieron sus papeles con soltura a pesar de su corta edad frente a un público entregado. Este altar representó la reacción del Santo hacia la actitud de una mujer resentida que desafió los deseos del clérigo. Un hecho documentado que ocurrió en la localidad de Toulouse en 1416.

Milagros valencianos

El altar del Carme escenificó el último milagro que protagonizó Sant Vicent en la ciudad Valencia, cuando medió entre una infeliz pareja de recién casados, cuya unión había nacido de los intereses monetarios. El Altar de la Pila Bautismal también interpretó un milagro del clérigo en la ciudad, donde este curó a una niña enferma. Russafa también quiso situar su milagro, escrito por Tomás Martínez, en la ciudad de Valencia, cuando el santo resolvió las súplicas de tres fieles con problemas relacionados con la moral cristiana. Mañana le tocará el turno a los altares de Meliana, Xirivella, Riba-roja, el Mercat y el de la Canyada, que actuarán a partir de las 15:30 en el edificio de la Once. El veredicto del jurado se hará saber el próximo viernes.