Los integrantes de la asociación la Malva-rosa tienen marcado en rojo un día en el calendario. En concreto, el viernes 1 abril, la fecha límite que ha fijado el Ayuntamiento de Valencia para que esta asociación de vecinos deje su sede en la calle Mendizábal, cuyo alquiler ha costeado el consistorio desde hace años, y que ahora les pide que lo abandone.

«No podemos permitirnos pagar un alquiler. No sé cual será la salida», reconoce Dolores Crespo, presidenta de la asociación Malva-rosa, quien afirma que el colectivo se encuentra en negociaciones con el consistorio. «Queremos llegar a un acuerdo la próxima semana. De momento no hemos recibido ninguna notificación», explica Crespo.

Desde el colectivo confían en que el ayuntamiento busque un espacio alternativo para ellos, aunque todo parece indicar que no encontrarán una solución antes del viernes. «Tenemos que reunirnos los próximos días para sopesar cuáles son nuestras opciones como colectivo. Somos una asociación activa», asegura Crespo, en referencia a la información publicada en Levante-EMV sobre la intención del consistorio de revisar las concesiones de locales de titularidad pública a asociaciones y entidades.

El ayuntamiento pretende convocar un concurso para la concesión de locales una vez hayan sido revisados, con tal de acabar con la laxa gestión arrendataria que habría llevado el consistorio en los últimos años. De hecho, tal como informó ayer este periódico, el municipio destina una generosa partida para arrendamientos. En concreto, 1,5 millones de euros en el alquiler de locales para diversos servicios públicos y entidades, que incluyen bibliotecas o centros para la tercera edad.

No obstante, la asociación de vecinos de la Malva-rosa insistió hace meses en la necesidad de más locales de titularidad pública para albergar a las asociaciones de la zona cuyos ingresos no permiten el alquiler de una sede, como el grupo de mujeres de la Malva-rosa o Amics de la Malva.