Más allá de los motivos legales que pudieran presentarse, todos ellos subsanables, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Valencia se han opuesto a este proyecto por una cuestión de filosofía, por primar lo público sobre lo privado, sobre todo si es de esta envergadura. Ya ha ocurrido con otros proyectos como la Zona Franca, ya abandonada, o el Centro Comercial y de Ocio Puerto Mediterráneo, que está encontrando muchas reticencias en Paterna.

Ayer, el Ayuntamiento de Valencia dijo respetar «cualquier decisión de las empresas que se presentan para gestionar la Marina», pero en este caso precisa que «un modelo de usos basado principalmente en la instalación de casinos, locales dedicados al juego y espacios de uso privativo, choca contra la voluntad de favorecer unos usos más diversificados y destinados al disfrute de la ciudadanía».

Precisamente, el Ayuntamiento de Valencia ha cuestionado en varias ocasiones ante ARC Resorts la privatización de la Marina que esta empresa plantea, puesto que pretendía convertirse en «concesionaria global de todo el espacio», hasta el punto de que las iniciativas actualmente instaladas allí hubieran de depender de la misma ARC Resorts.

En este sentido, el gobierno municipal apuesta por no establecer ningún monopolio privado en la Marina sino que, siguiendo un modelo de libre concurrencia entre empresarios locales y extranjeros, se puedan licitar los distintos espacios de la zona. Además, como ya se ha expresado en otras ocasiones, el gobierno local exige que cualquier empresa concesionaria se ajuste a la normativa vigente.

Poco rigor económico

De todas formas, el gobierno municipal continúa abierto a estudiar las iniciativas, tanto de esta empresa como de cualquier otra. Eso sí, poniendo mucho rigor en las iniciativas que le lleguen. Fuentes municipales explicaron ayer que el proyecto de ARC no era claro desde el punto de vista económico —demasiado alegre y falto de avales— y además incluía propuestas algo «disparatadas», como rescatar ellos la concesión de los docks o, en vistas de su ilegalidad, que lo hiciera el consistorio y luego abonársela ellos con la condición de recuperar el dinero si la concesión no era para el grupo.

Respecto a los docks, por cierto, el gobierno municipal estudia la posibilidad de rescatar la concesión y aprovechar este edificio para empezar a desarrollar ya el proyecto global de la Marina.