Por unanimidad y con ausencia total de debate político. Así se aprobó ayer el cambio de denominación oficial de la ciudad, que cuando reciba todos los informes pertinentes, pasará a escribirse en valenciano.

El ayuntamiento confirmó que la capital pasará a llamarse «València», una acepción que contó el consenso total de todos los partidos, incluidos Partido Popular y Ciudadanos. En todo caso, el alcalde Joan Ribó aclaró que será la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) la que determine la forma que se va a usar. Como avanzó ayer este periódico, la AVL solo admite la versión de «València» con la «e» abierta, aunque la Secció d'Onomàstica dispone de algunos informes filológicos que avalan la opción de «Valéncia» con la «e» cerrada.

La decisión final de la máxima autoridad lingüística será la que se adopte, recordó el alcalde. «Si me pongo malo, voy al médico y cuando me hago una casa, voy a un arquitecto, y la ciencia se deposita en las universidades y en Valencia tenemos la suerte de tener una AVL con muchos expertos y con reconocimiento estatutario y se hará lo que diga la Acadèmia porque es la que sabe sobre este tema», dijo Ribó.

«Barbaritats» en el pleno

Donde sí que hubo algo más de debate, aunque descafeinado porque el Partido Popular prefirió no entrar en discusión „habida cuenta de la delicada situación del grupo municipal„, fue en otra de las mociones presentadas por el equipo de gobierno, la declaración como Bien de Interés Cultural Inmaterial de las Normes de Castelló. El PP se abstuvo porque «desconocía» el expediente que tramita la Generalitat, mientras que la concejal de Ciudadanos Amparo Picó dijo que su grupo no lo apoyaba „se abstuvo„ porque «no vamos a votar que sea BIC ninguna norma lingüística porque es una cuestión que no depende de los políticos, y supondría paralizar el dinamismo y evolución de cualquier lengua, que es un organismo vivo», aseguró en un discurso en valenciano plagado de castellanismos.

La concejala de Compromís Consol Castillo afeó la posición de Ciudadanos: «Después de escuchar a la señora Picó, necesito reflexionar? 'Ha dit unes barbaritats de l'alçada d'un campanar'», les espetó, para argumentar: «El reconocimiento de las Normes de Castelló solo trata de reconocer que para usar una lengua se ha de dotar de unas normas. Una lengua claro que cambia, pero no de forma anárquica». «Me he dedicado 22 años a enseñar esta lengua en los colegios, y la lengua no crece como los champiñones silvestres, sino según unas normas», defendió la edil del área de Desarrollo Humano. En una moción posterior para solicitar la retirada de los recursos de inconstitucionalidad contra las normas de derecho civil valenciano, Ribó reprochó a Ciudadanos, que también se abstuvo, su «deriva»: «Me preocupa cuando nos llaman aldeanos o cuando su portavoz nacional no quiere reclamar la deuda histórica».