Aunque está previsto que el consistorio convoque una comisión que fije los criterios para la nueva concesión de locales de titularidad pública, Patrimonio está decidido a valorar muy favorablemente la predisposición de los colectivos por compartir espacios.
«Lo más importante es que las asociaciones puedan convivir en espacios y crear redes. El objetivo es el bien común», afirma Oliver, quien ha insistido, además, que aquellas asociaciones que siguen en activo y mantienen un trabajo constante en barrios no tienen nada que temer.
Según fuentes de Patrimonio, una vez esté abierta la convocatoria, tanto las asociaciones que ocupan locales municipales como aquellas que aspiren a conseguirlo, tendrán que demostrar su trayectoria como colectivo, presentar un proyecto de actividad de duración determinada, informar sobre su número de socios, y además pronunciarse sobre su voluntad por compartir un espacio con otra asociación.
Esta última se presenta como todo un hándicap para muchos colectivos de la ciudad, que durante años han protagonizado precisamente una lucha por conseguir un local propio que no estuviera ligado a horarios o a las actividades de otro grupo. Es el caso de la Asociación Malva-Rosa, que actualmente se encuentra en conversaciones con el ayuntamiento para conseguir una sede.
Esta nueva medida del consistorio, aunque polémica, podría suponer el impulso para muchas asociaciones de la ciudad y el inicio de convergencia de otras a la hora de compartir espacios.
Actualmente, existen seis locales municipales libres en toda la ciudad, según datos de Patrimonio. El borrador de la convocatoria, que todavía se está ultimando, exigirá que se trate de organizaciones sociales sin ánimo de lucro, tal y como informó este periódico, y tratará de mantener un mayor control que durante las pasadas convocatorias. El resultado del concurso se dará a conocer durante los primeros meses de verano.
