Las fallas municipales de 2017 serán elegidas por un comité de formado por cinco expertos y no por los concejales del Ayuntamiento de Valencia o, en su defecto, los representantes que designaban los partidos con representación en el consistorio. Se despolitiza así un proceso de selección que dependía en última instancia de la voluntad del regidor de fiestas de turno.

Pero la «pequeña revolución» no se queda ahí, ya que por primera vez se elimina la obligatoriedad de presentar un boceto „lo que dará más libertad creativa a los artistas„, al tiempo que se abre el concurso a artistas plásticos con experiencia en el diseño o construcción de fallas y a equipos artísticos multidisciplinares en los que haya como mínimo un artista fallero o con cualificación profesional equiparable.

El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, escenificó ayer con la plana mayor del Gremi d´Artistes Fallers el consenso alcanzado para elaborar las nuevas bases que regularán la convocatoria. Juntos comparecieron para explicar el desarrollo del concurso público, que se aprobará en Junta de Gobierno Local el próximo 17 de abril y a partir de ese momento los interesados tendrán dos semanas para presentar sus propuestas.

El concejal de Cultura Festiva y el secretario general de Junta Central Fallera formarán parte del comité de selección de proyecto ganador. Tendrán «voz, pero no voto», por lo que serán los cinco especialistas „ninguno perteneciente al gremio para evitar suspicacias„ los que realmente decidirán cuál es la falla grande e infantil que se planta en la plaza del Ayuntamiento.

Se elimina también la valoración de proyectos a los que se dotaba cuatro puntos según el diseño, la creatividad y el desarrollo del tema, y se establece una nueva baremación sin puntuación específica en la que se ponderará especialmente el carácter satírico de la falla, la calidad compositiva y espacial, la adecuación de la obra al relato literario.

Por una «cremà» más ecológica

También se valorará al equipo o artista que presente «la cremà más limpia y respetuosa con el medio ambiente», usando materiales naturales. «Sólo podrá sumar valoración su uso, en ningún caso penalizará si no se usan estos materiales», aclaró Pere Fuset. También se tendrá en cuenta «la interacción con el público» del monumento, es decir, que si algún proyecto es visitable o presenta algún tipo de espectáculo complementario, podría gozar de mayor atractivo para el comité de expertos.

En lugar del boceto de la falla, los artistas deberán presentar un currículum de los aspirantes y una memoria del proyecto. La eliminación del requisito del boceto permitirá a la concejalía organizar una presentación oficial de la falla ganadora en un nuevo acto en el que se le dará mayor protagonismo al monumento vencedor.

El presupuesto se mantendrá respecto a la edición anterior, siendo de 170.000 euros (IVA incluido) para la grande y de 25.000 para la infantil, aunque el consistorio asumirá los costes de decoración y seguridad.

Por otra parte, la concejala de Ciudadanos, Amparo Picó, lamentó que Fuset no haya informado de este cambio en las bases a los partidos de la oposición, aunque se mostró «de acuerdo» con la nueva filosofía y que haya contado con el beneplácito del gremio.