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Los teatros en Valenciaa través del tiempo (y II)

Los teatros en Valenciaa través del tiempo (y II)

En la primera mitad del siglo XVI, la Corte Virreinal innovó actividades artísticas que marcaron el teatro e inspiró a Luis Milán su famoso Cortesano. Para festejar el matrimonio de Germana de Foix con el Marqués de Brandemburgo, se representó La Visita de Fernández de Heredia y con motivo de la boda del duque de Calabria con Mencía de Mendoza, se volvió a representar adecuándose a la nueva circunstancia.

En el patio de la Universidad, los universitarios, representaban las obras de los catedráticos de poesía, y también a dramaturgos clásicos. Se construía un tablado como escenario, alzándose otros para que contemplasen la función las autoridades, profesores e invitados. Se guardaba un riguroso protocolo.

Valencia era una ciudad festiva; sentía fascinación por el bullicio callejero. Pero fueron los comerciantes burgueses y los artesanos quienes aplaudirían a Lope de Rueda y a Timoneda, que con sus representaciones ambulantes provocarían a mediados del XVI, a varias compañías para que vinieran a Valencia. El teatro castellano tuvo buena acogida en la ciudad, lo que atrajo una especial atención a Lope de Vega, que se manifestó con una producción importante.

La Valencia renacentista fue receptiva a las obras teatrales y esta afición, requería un espacio, adecuado también, para que los actores pudieran actuar y cobrar como profesionales. Hasta ahora se actuaba en jardines y calles; en los recintos de las iglesias; en patios de algunos palacios, o casas; en hostales como el de Gamell, cuna del arte dramático, cerca del Mercado, en el que se representaba desde 1566.

En 1582 Felipe II otorga al Hospital el privilegio de la explotación de las representaciones teatrales, lo cual suponía, obtener amplios beneficios y el dominio del teatro. Se habilitó una sala de la «Cofradía de San Narciso», en la calle del Salvador, perteneciente a los gerundenses que debido a las necesidades económicas alquilaron la sala capitular: amplia y cubierta, levantando el escenario y habilitando bancos para el público.

Pero el Hospital, ambicioso, compró una casa de cinco puertas, situada en la Vall-Cubert, lo que es hoy, Pintor Sorolla, a dos pasos de la Universidad: la plaza de la Olivera que contenía un olivo. Se compró en 1583 y tras acondicionarla, se inauguró al año siguiente. Esa casa de comedias o farsas, fue el primer local de la historia del teatro valenciano. Era un edificio, tan bien equipado y con un escenario monumental que podía calificarse como Coliseo. La notable programación de obras dramáticas, contribuyó al fomento de autores valencianos.

Me gusta caminar por la calle de las Comedias; en la calle de la Tertulia donde la gente del teatro se reunía para conversar, y la del Vestuario e imaginar el bullicio del rito teatral. Pensar en Guillén de Castro y Lope de Vega que, huido de Madrid, se refugió en Valencia. También se representaba en la «Casa dels Santets» de la plaza de San Vicente Ferrer. Ambos teatros compartieron comedias entre 1585 y 1619, año en que el de la Olivera se reconstruyó tras un incendio, tomando el aspecto que mantuvo durante todo el reinado de Felipe IV y el resto del siglo XVII.

Mientras la elite se entretenía con el teatro clasicista, el público se divertía con la commedia dell'arte.

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