«No queremos ser Dubai», sentenció ayer el alcalde de Valencia, Joan Ribó. Se refería al modelo de ciudad sobreiluminada que es fácilmente reconocible desde la Estación Espacial Internacional. Lo es Dubai y lo es Valencia, que con sus más de 106.000 puntos de luz es una de las urbes con mayor contaminación lumínica del planeta. El ayuntamiento ha dado carpetazo al modelo de alumbrado de Rita Barberá, y ha inaugurado su ambicioso Plan de Eficiencia Energética, que en su primera fase prevé sustituir una quinta parte de las luces de ciudad, lo que supondrá un ahorro anual de 1,8 millones de euros.

La factura anual de la luz en Valencia es estratosférica. En 2015, último año con datos, el ayuntamiento pagó 12,4 millones de euros, por lo que el nuevo equipo de Gobierno formado por Compromís, PSPV y València en Comú priorizó la política de ahorro energético.

El primer paso fue la renovación del alumbrado en siete pedanías del sur y norte de la ciudad. La actuación global tuvo un coste de 893.097 euros y el ahorro energético de esta actuación va a suponer anualmente unos 180.000 euros.

El segundo paso es mucho más ambicioso. Se van a sustituir, a partir del verano, un total de 22.676 puntos de luz, es decir, una quinta parte de los existentes en la ciudad. Este Plan de Eficiencia Energética supondrá un ahorro anual estimado en 1.828.947 euros. «No es solo el ahorro en potencia, sino también la importante reducción de la contaminación lumínica que supondrá», explicó el concejal delegado del alumbrado, Sergi Campillo. El plan contempla tres actuaciones repartidas por toda la ciudad, aunque con preferencia en los barrios periféricos «porque hasta ahora han sido los grandes olvidados de las políticas del PP y con este gobierno va a cambiar», dijo Campillo. En la primera se sustituirán 5.387 luminarias esféricas (las más contaminantes), para pasar más tarde a cambiar 15.853 luces halógenas, mientras que en una tercera actuación se sustituirán 1.436 luminarias de viario, es decir, aquellas más grandes y viejas que aún pueblan la ciudad.

La sustitución de las luces es posible gracias a un crédito a interés cero del Instituto IDAE dotado de 4 millones de euros. La intención del equipo de Gobierno, como reconocieron ayer Ribó y Campillo, es sustituir todas bombillas y farolas contaminantes durante su mandato, aunque reconocen que es un objetivo muy ambicioso que tal vez se prolongará más allá de su actual mandato.