A corazón abierto, el presidente y fundador del Banco Solidario de Alimentos de Valencia, Jaime Serra, reconoció ayer a Levante-EMV que cobra un sueldo de 1.400 euros netos al mes (1.717 brutos) de la entidad desde mayo de 2012, cuando la junta rectora de la asociación le propuso ponerse una nómina «porque mi dedicación es absoluta, del cien por cien». Serra admitió que venía de la bancarrota, ya que en 2010 «tuve que cerrar mis constructoras y subastaron 27 inmuebles propios». Al ser autónomo, el exempresario se asignó una nómina mensual para seguir cotizando, aunque asegura que está «cansado» de polémicas y que ya piensa en la jubilación. «Pero aunque me retire, seguiré con mi labor en el Banco Solidario de Alimentos, porque mi deber es ayudar a todas las familias que están en exclusión social. Es mi compromiso», sostiene mientras muestra la contabilidad de esta asociación.

Serra asegura que en ningún caso cobra los 2.277 euros brutos que figuran en la justificación que el Banco Solidario de Alimentos presentó al Ayuntamiento de Valencia para acreditar el convenio que ambas entidades tienen firmado hasta el 1 de julio de 2016. Y niega que el 87 por ciento de esta ayuda pública se destine a sueldos de la ONG, pero admite que son las cifras que se han presentado al consistorio. «Mi nómina es de 1.400 euros netos „explica mientras muestra la última que cobró„, mientras que los sueldos de las cuatro personas que trabajamos en la sede de Valencia representan como mucho el 30 por ciento de la subvención. Lo que ocurre es que el convenio permite computar salarios de toda la actividad del Banco Solidario de Alimentos, y tenemos además de la sede de Valencia, la de la Pobla de Vallbona y Oliva, por lo que pueden aparecer más salarios que los cuatro que estamos en la sede de Valencia», detalló.

Jaime Serra explica que la información sobre el sueldo que percibe le ha hecho «mucho daño», ya que muchas personas «han venido a darse de baja» y algunos empresarios «me han pedido explicaciones». El Banco Solidario de Alimentos deberá abandonar la sede de Valencia, en la calle Santa Cruz de Tenerife, antes de 1 de julio, cuando finaliza el convenio con el Ayuntamiento de Valencia. Desde la Concejalía de Bienestar Social insisten en que seguirán colaborando con la entidad y otras de similar acción social, pero no con aportación económica, ya que esa subvención que percibía de 85.000 euros se destinará a ayudas directas a las personas más necesitadas. Así, Jaime Serra asegura que estaría dispuesto a dejar la sede cedida en Valencia «en mayo si hace falta, pero si cuando finaliza el convenio veo que se queda gente desatendida, nos manifestaremos si hace falta», advierte.

El convenio con el Ayuntamiento de Valencia estipula la atención de al menos 600 personas al mes derivadas de los servicios sociales, aunque el Banco Solidario dice que atiende hasta 7.000. Pese a la gran disparidad en los números, considera esencial la ayuda del consistorio para asumir los gastos derivados del reparto de alimentos. Desde septiembre del año pasado, el consistorio asumió la atención directa de esas 600 personas, aunque Serra asegura que muchas continuan yendo a su centro.

Hace ahora dos años, Jaime Serra proyectó una sede propia para el Banco de Alimentos, la otra ONG que preside y desvincula del Banco Solidario. Quería adquirir unos terrenos en la Pobla de Vallbona y financiar con donativos un proyecto que ascendía a 1,1 millones de euros. La idea no fructificó.