Desde media mañana de ayer, los chicos, ataviados con camisetas llenas de mensajes ocurrentes y cargados de bebida, se dirigieron hacia la pedanía valenciana para pasar el día en un recinto cerrado con equipos de música y todo tipo de servicios.

La fiesta se prolongó hasta la noche bajo la vigilancia de un fuerte dispositivo policial, como ha ocurrido en ocasiones anteriores