La Federación Valenciana de Moros i Cristianos celebró el pasado viernes el acto de despedida y bienvenida a sus cargos representativos (capitanes y madrina). Y, por primera vez en el «cap i casal», en una de las fiestas de más reciente implantación, una de las capitanías, la cristiana, será ocupada el próximo 9 de octubre por una mujer. Se ha tardado mucho menos que en otras poblaciones y ciudades donde la Reconquista tiene carácter de fiesta mayor.

¿Cómo se llega a una fiesta relativamente joven como es la de moros y cristianos en la ciudad?

Hace trece años desfilaron mi hermano y un amigo y volvieron tan encantados que en seguida surgió la idea de hacer una comparsa. Nos juntamos diferentes personas y empezamos en 2004. Somos, pues, una asociación bastante veterana. Tenemos asociados que son de Ontinyent y que conocen la fiesta de cuna. Otros la hemos descubierto y nos encanta.

La Orden de los Caballeros del Dragón, que es más de damas que de lo otro.

Desde hace tres años ya somos tres escuadras, dos femeninas y una masculina y ya vamos a por la tercera femenina. Curiosamente, en número de asociados venimos a estar a la par, pero a la hora de desfilar somos mucho más mujeres. Muchas veces ya hablamos de la «Orden del Dragón» porque la verdad es que los caballeros son minoría.

¿Y cómo surge ser capitán de toda la ciudad?

La Federación decidió hace cinco años que la capitanía se asignara a las comparsas que, hasta entonces, no lo habían sido. Se estableció el turno hasta 2020. Sabíamos que nos tocaba en 2016 y el pasado mes de septiembre se decidió que fuera yo. Nadie más se presentó porque dijeron, lo que es todo un orgullo para mi, que debía serlo yo porque he sido ocho años secretaria y dos presidenta. Yo no dije que no... y se aprobó por unanimidad.

Un cargo que, en manos femeninas, habría sido inimaginable años atrás en otras latitudes.

Eso ha ido cambiando. En Ontinyent, por ejemplo, las dos últimas capitanías han sido femeninas. En Valencia era cuestión de tiempo porque la mujer tiene mucha participación. Casi todas las comparsas son mixtas y hay varias sólo femeninas incluso desde que empezó la Federación. Es una muestra de evolución general y es algo saludable.

¿Qué tiene esta fiesta para que guste participar en ella?

En esencia, lo que otras fiestas: la relación humana, el compañerismo, compartir ideas, experiencias, festejos

Como las fallas...

Con la particularidad de que son fiestas complementarias. Nuestra comparsa está llena de falleros. Sobre todo, de Universitat Vella-Plaza del Patriarca, y lo mismo sucede con otras. Y a la gente que nos gusta participar en las fiestas... ya sabe cómo nos las gastamos. Nos gusta todo. También hacemos incursiones en San Vicente...

Las capitanías ya son para los dos sexos, algo que no sucede con las fallas.

Creo que es más fácil que suceda en Moros y Cristianos que en las fallas porque las escuadras están menos diferenciadas. Antes, en otras ciudades la mujer no podía ni desfilar y ahora ya no se cuestiona. En las fallas da la sensación de estar todavía marcada la diferencia y tengo que reconocer que se nos hace raro pensar en un «fallero mayor». Tampoco parece que haya demanda de ese cargo.