La reivindicación de la prolongación del túnel de Serrería —apenas 1,5 kilómetros entre la calle Ibiza y la autopista del Saler— tomó nuevos bríos en 2003 al hilo de las inversiones de la Copa del América y de la reordenación de la fachada marítima. El túnel es fundamental para conectar el Paseo de la Alameda y la avenida de Francia con el futuro PAI del Grao y la Marina Real Juan Carlos I. Sin embargo, las exigencias del ayuntamiento no fueron atendidas.

No fue hasta el 12 de febrero de 2014 cuando la entonces alcaldesa, Rita Barberá, se reunió en Valencia con el presidente de Adif y el secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño, y logró arrancar «a pie de vía» el compromiso de licitación del estudio de viabilidad para la prolongación del túnel, 25 años después de la inauguración del primer tramo de soterramiento de la línea Tarragona- Valencia.

El 8 de octubre de ese año, Adif adjudica el estudio a la UTE LKS-INES por 159.396 euros. Sin embargo, en diciembre de 2014, el Ministerio de Fomento reclamó, en sus alegaciones a la revisión del PGOU, que no incluyera el túnel de Serrería (tampoco la Estación Central de Portela) como nuevas infraestructuras por tratarse de proyectos y no realidades. En los presupuestos de 2015, el gobierno de Mariano Rajoy destina una partida de 4,3 millones de euros para el túnel de Serrería de cuyo destino nunca más se supo.

En las enmiendas a los presupuestos de 2015, el ayuntamiento reclamó al Gobierno central 15,7 millones de euros para la ejecución del túnel de Serrería, que tampoco prosperaron, entre otras reivindicaciones como las infraestructuras ferroviarias pendientes del Parque Central.